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Ocampo se pierde la Superfinal: renunció al Ministerio de Seguridad porteño

26.11.2018

El titular de la “Seguridad” porteña, experto en planificar represiones y operaciones de inteligencia, no resistió el papelón internacional que tenía a su cargo “cuidar”. ¿El fusible de la interna con Bullrich?

Tras el escándalo que duró todo el fin de semana alrededor de la postergación de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, renunció esta tarde el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires Martín Ocampo. Según se informó, será reemplazado por el actual vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli.

El funcionario de Horacio Rodríguez Larreta había quedado en el ojo de la tormenta tras ser uno de los máximos responsables del operativo de “seguridad” encargado de garantizar el desarrollo normal del espectáculo deportivo que, como se sabe, ni siquiera pudo comenzar por la agresión recibida por el micro del plantel del Boca a poco de llegar al Monumental.

Ocampo (49 años) es abogado recibido de la UBA con una maestría en Derecho Administrativo de la Universidad Austral. Fue legislador por la Ciudad de Buenos Aires y Fiscal General de la Ciudad durante la gestión de Mauricio Macri. En tanto, desde diciembre de 2015 es ministro de Justicia y Seguridad porteño.

El hasta hoy ministro de Seguridad se había mantenido en total silencio desde la tarde del sábado, cuando su nombre empezó a aparecer en todos los medios antes que los apellidos de los jugadores de River y Boca. Y su renuncia se da horas después de que el presidente Mauricio Macri, su ministra del área Patricia Bullrich y su par de Justicia Germán Garavano brindaran una conferencia de prensa enfocados exclusivamente en el tema.

Pese a su silencio, durante las horas calientes del fin de semana desde su ministerio Ocampo lanzó la definición de que el llamado “tercer anillo” de seguridad en las afueras del Monumental, justo donde el micro de Boca fue apedreado, estaba custodiado por Prefectura. Es decir, por los subalternos de Bullrich.

Precisamente desde el entorno de Bullrich salieron al cruce de Ocampo y dijeron que Prefectura no era la responsable de la custodia del traslado del plantel de Boca. “Nunca avisaron que había que despejar la zona, ni a la Prefectura ni a la Policía de la Ciudad”, dijo Clarín que dijeron desde Seguridad de Nación.

Vale recordar que Ocampo, además de ser padrino de un hijo de Daniel Angelici, es uno de los funcionarios de mayor cercanía con el núcleo del PRO. Esa cercanía fue la que le garantizó en estos casi tres años de gestión de Larreta su cargo como ministro, pese a cometer infinidad de atropellos e irregularidades respecto a la “seguridad” de la población.

Sin ir más lejos, en la última manifestación popular contra el Presupuesto 2019, en los alrededores del Congreso, la Policía de la Ciudad que conducía Ocampo se destacó por cometer todo tipo de ilegalidades contra las libertades democráticas. Entre ellas, se vio en videos a policías apedreando vidrieras de restaurantes y persiguiendo hasta detener a más de veinte cuadras del Congreso a decenas de personas.

Quizás Ocampo no pueda creer que, pese a haberse convertido en un experto en organizar operativos represivos, con altas dosis de control sobre servicios de inteligencia y fuerzas de “seguridad”, haya terminado eyectado de su cargo producto de un par de cascotes certeramente alojados en las ventanillas de un colectivo doble piso.

Cada vez más cobra sentido la versión de una feroz interna entre los ministerios de Seguridad nacional y porteño, lo que incluye también los diferentes “quioscos” atendidos por las diversas fuerzas represivas que tienen a su cargo.

Capaz con la renuncia de Ocampo un capítulo de esta novela haya concluido. Pero evidentemente esto continúa.

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