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La gala del G20: precarización laboral en el Colón

6.12.2018

Por Facundo Abraham

Luego del controvertido G20, conversamos con Federico Fernández, primer bailarín del ballet estable del Teatro Colón, músico y director del "Buenos Aires Ballet" y sus dichos sobre la gala.

 

Se acerca a la mesa con un café en la mano y ese andar típico de un cuerpo esculpido en la danza clásica. Muy sonriente se sienta y prácticamente arranca solo: –Desde el momento en que se le da a Lombardi la responsabilidad del evento, se sabía que cualquier compañía oficial iba a quedar desafectada, incluyendo al ballet nacional.

 

¿Por qué creés que no convocaron a los cuerpos estables?
A los cuerpos estables no los convocaron porque de haberlo hecho habrían tenido que ser bajo las condiciones de trabajo mínimas; reglamento y leyes ganadas con lo cual no podrían haber precarizado nuestro trabajo. Nos iban a tener que pagar horas extras si nos pasábamos de nuestra franja horaria o si trabajábamos días no laborables. Teniendo un coro, una orquesta, un ballet y además existiendo un ballet folclórico nacional, los desestimaron.

 

¿Por qué creés?
Está claro que lo que se buscó es evitar todo tipo de conflicto que surgiera a la hora de “no querer cumplir con requerimientos legales”, sindicales, es decir: con los derechos de un trabajador.

 

Ese fue tu reclamo, que se hizo viral
¡Sí! mi verborragia, que se viralizó en las redes, tuvo que ver con lo que leí sobre lo que había pasado con algunos bailarines que actuaron en ese evento. Ahí es cuando empecé a despotricar y vi mi propio futuro en el Teatro Colón. Imaginate: yo peleo por un piso flotante, pido que nos paguen cuando nos pasamos de horario o que me den un franco compensatorio, pero después, tenés gente que se aprovecha de grandes bailarines. Usan a artistas que al no estar reglamentados bajo leyes sindicales les dicen: “yo te puedo contratar y esto es lo que tengo para ofrecerte, ¿no te gusta?, tengo 80 personas en lista de espera que bailarían gratis en el Colón”. Ojo, no me parece mal tener esa fantasía, la pregunta es ¿Bajo qué condiciones? ¿Con qué dignidad?

 

¿Eso no sienta un precedente?
Claro, ¿qué quieren demostrar? Que pueden tener una compañía por $22000 o $15000 según el rol. ¿Sin pagarles viáticos? Ensayaron casi un mes y medio en Tecnópolis, en un piso que era durísimo. Estuvieron más de un mes pidiendo el contrato porque no se los daban. Son cosas que muestran cómo podría ser mi futuro dentro del teatro.

 

Lo que ellos dicen es que quisieron hacer una convocatoria federal
No, no. Federal es otra cosa. Federal era el ballet nacional disuelto por Avelluto y el gobierno nacional compuesto por bailarines de todo el país con un sueldo e incluidos en un sistema laboral y educativo del país.

“La relación trabajo-empleo del evento fue lisa y llanamente, ‘flexibilización laboral’. Es lo que puede pasar con nosotros, es lo que está pasando en el país”.

 

¿Estás en otro proyecto además del ballet estable?
Sí, estoy en el Ballet Buenos Aires, del cual soy director. De hecho, me reincorporé hoy al Colón. Estaba de licencia sin sueldo para poder bailar en la compañía.

 

¿Cómo te ves a futuro?
Comprometido más en lo social, desde la danza. Gestionando proyectos artísticos populares. Interviniendo más cerca de la gente.

 

Tengo una idea entonces para proponerte… (risas)
¿De qué se trata?

 

Hay una iniciativa que se está haciendo desde Madygraf, -una de las tantas fábricas recuperadas bajo control obrero- denominada “artistas solidarios”. Están organizando festivales, recitales, entre otras cosas, para recaudar fondos y costear la cooperativa que está en una delicada situación económica. ¿Te imaginás haciendo una intervención de danza clásica en plena fábrica?
Sí, claro. Absolutamente. Cuando quieran. ¡Me encantó!

¡Le alcanzaremos entonces la propuesta a la asamblea de trabajadorxs de Madygraf!

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