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“Stofd debería cumplir una pena altísima por la muerte de Kevin”

26.3.2019

Por Luciano Almonacid, abogado querellante de la familia de Kevin Benega.

Siempre llevo una foto de Kevin conmigo y, con el paso de los años, siento que lo conocí, que me habla y que está pidiendo justicia. Dicen que lo mató una bala perdida, esas que se pierden únicamente en las villas y en condiciones similares: una zona liberada por las Fuerzas de Seguridad. El 7 de septiembre de 2013 apostaron a que moriría un adulto y que lo enchastrarían como jefe narco, pero no fue así. Anteayer, después de cinco años y medio y de haber cajoneado la causa, pudimos sentar en el banquillo al prefecto Daniel Andrés Stofd. Este juicio desnuda muchas cosas, desde el accionar en convivencia entre dos Fuerzas hasta la interna y la protección del kiosco de droga. Y no es casual que no hayan brindado datos durante tanto tiempo. A Stofd en vez de separarlo, lo premiaron con un traslado a Entre Ríos.

El fallo que se conocerá en las próximas semanas tiene dos aristas posibles: puede ser muy importante y que le ponga freno a esta práctica sistemática; o la constatación de que el paso del tiempo disipa la eficacia como quedó demostrado en estos años de muertes, torturas y operativos, donde hasta los propios hermanos de Kevin sufrieron hostigamientos. Cuando la Justicia demora, la violencia estatal se replica. Y se vuelve más impune.

Durante la primera audiencia pudimos demostrar cómo se escapó la Gendarmería del lugar y cómo se disputaba con la Prefectura los ‘kioskos’ de droga. De hecho, uno de los efectivos explicó que escuchó disparos y se fue al “puesto negro”, y no al “puesto verde” que está frente a la Plaza donde ocurrió todo. En simples palabras: se retiraron. ¿Entienden? Ellos mismos contaron que se fueron porque escucharon tiros en otro lugar, lo cual es totalmente falso, además de que en la causa las propias Fuerzas dijeron en un principio que resultaba imposible no escuchar los disparos. Todas las pruebas son avasallantes en cuanto a la imposibilidad material de este relato.

El año pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 9 juzgó a uno de los miembros de las bandas implicadas quien contó que el accionar de la Prefectura había sido muy defectuoso y determinante en la muerte de Kevin. Todo está documentado en el fallo. Como se refleja en la imagen que acompaña, el Tribunal fue lapidario y sus fundamentos son vitales para este juicio. Por eso, si el responsable de liberar la zona recibe una pena de dos años, demostrará que el Código Penal se ríe de nosotros. Es indiscutible que debe ser juzgado por “homicidio” y condenado con una pena altísima, porque si Stofd cumplía su función, hoy Kevin estaría vivo.

Este juicio tiene que significar una fuerte señal para las Fuerzas: una condena ejemplar, una inhabilitación perpetua para ejercer cargos y que la casa en disputa de donde salió el disparo pueda ser cedida a la familia, para que la transforme en un espacio cultural.

Kevin nos pide justicia, y no vamos a parar hasta conseguirla.

 

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