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Fallo judicial ordena a obra social porteña cubrir la cirugía facial de una afiliada trans

25.4.2019

Por Andrea López

En 2018 la mujer quiso modificar su apariencia facial pero Obsba rechazó hacerlo. La afiliada presentó un amparo que ahora le salió favorable.

La Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (Obsba), bajo cuya órbita se encuentran las trabajadoras y los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, deberá autorizar una cirugía facial para una persona trans porque así lo ordenó el Poder Judicial.

Obsba había rechazado el reclamo con el argumento de que buscaba “una cirugía facial estética para adecuar el rostro a los cánones de belleza vigentes en la actualidad, lo cual excede totalmente la ley de identidad de género que ha sido pensada para otros fines distintos”.

El argumento fue rechazado en ese momento por la jueza Cecilia Mólica Lourido, titular del juzgado de primera instancia Nº 20 en lo Contencioso, Administrativo y Tributario.

La misma magistrada ordenó que la obra social cubra las nueve intervenciones que la afiliada reclamaba y que “no pueden considerarse ’cirugías de embellecimiento’, toda vez que se trata de un conjunto de prácticas que tienen por fin adecuar el aspecto físico de la actora a su identidad de género auto percibida”.

Ante la apelación de Obsba el caso llegó a Cámara, donde los jueces Fabiana Schafrik y Carlos Balbín confirmaron el fallo de primera instancia en una resolución que consideró el derecho a la salud y el respeto a la auto percepción como parte del respeto a los derechos humanos, “en relación con la orientación sexual y la identidad de género”, en el sistema internacional pero también en el marco normativo argentino.

La Ley de Identidad de Género está vigente desde 2012, pero aún hoy deben librarse este tipo de batallas legales para poder acceder a una cirugía.

 

La pelea por ser quien se quiere ser

 

En el amparo que presentó, la mujer detalló que siempre había deseado rectificar sus datos registrales pero que antes de dar ese paso necesita las cirugías para evitar el rechazo y la discriminación social.

Es que más allá de que en lo formal existen leyes que deberían garantizar estos derechos, para las miles de personas que rompen con el estereotipo y la heteronorma, la realidad es muy distinta.

De hecho recién tres años después de sancionada la Ley de Identidad de Género se logró el presupuesto para aplicar el artículo 11, que es el que atañe al aspecto sanitario.

La discriminación y la estigmatización son impulsadas centralmente por la Iglesia católica que, a través del papa dice brutalidades como que las personas trans son bombas nucleares o manda al psiquiatra a quienes rompen con la heteronorma.

El derecho a la identidad autopercibida, el acceso a puestos de trabajo, a la salud, la educación y otros derechos como el aborto legal, son peleas que debemos dar en las calles, exigiendo también la separación de la Iglesia del Estado.

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