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Carta a la docencia de la Ciudad de Buenos Aires

 

Carta a la docencia de la Ciudad de Buenos Aires

22.5.2012

 

Carlos Oroz

Secretario General de Ademys

 

Las/os docentes de la Ciudad de Buenos Aires hemos desarrollado durante los últimos 2 meses otra extraordinaria lucha para resistir los embates del Gobierno de Macri contra la Escuela Pública. Aún hoy sigue la resistencia en algunas escuelas como el Comercial N° 1, el Colegio N° 13, el Comercial N° 7. En otros como el Comercial N° 5, por la acción unitaria de estudiantes y docentes se logró frenar el cierre de un curso, y vía reclamo judicial se pudieron reabrir 2 grados de los distritos 9° y 10°. Aún están pendientes otros 4 reclamos judiciales.

La capacidad de resistencia demostrada en la lucha contra la eliminación de las juntas, impidió que el Gobierno aplique en forma textual el Decreto 1990, como era su intención, cerrando así 1200 cursos/grados. La lucha unitaria desarrollada por docentes organizados por escuelas, desde las asambleas de distrito, desde el sindicato, junto a padres, estudiantes, posibilitó que de los 221 de la primera disposición de cierres, intentaran luego con 96, de los cuales ya hemos reabierto 3 y un par aún no han podido cerrarlos.

Logro parcial o derrota parcial, cada uno podrá caracterizarlo como quiera, pero lo que está claro es que, pese a la enorme resistencia y la gran cantidad de actividades desarrollada, no alcanzó para frenar la medida. En el conflicto de las Juntas, al ser un ataque a toda la docencia, las grandes movilizaciones y acciones unitarias de los docentes fueron más factibles de realizar; pero se hizo difícil poder explicar al resto de la ciudadanía un problema complejo y visto por algunos como una problemática corporativa. El cierre de cursos es un ataque mas claro para toda la población, y por eso, desde su inicio tuvo un gran apoyo; pero al concentrarse en algunos distritos y escuelas, dificultó sumar al resto de la docencia y articular las acciones para golpear todos juntos. Se logró esporádicamente en las primeras movilizaciones conjuntas con otros sindicatos, en la toma del ministerio y la concentración posterior, y en el paro del 10 de abril convocado por Ademys y la enorme movilización realizada.

Mención aparte merece la actuación de los otros sindicatos. Desde los que actuaron parcialmente o intentando frenar las acciones unitarias, hasta los que se borraron y ni aparecieron por las escuelas. El Gobierno dio cuenta del accionar de cada uno con su sistema clientelar de premios y castigos, otorgando comisiones de servicio a los fieles, un poco menos a los tibios y sacándoles todas al sindicato que, según el mismo ministro Bullrich expresó: “nunca acordamos”. Al igual que con las juntas, al final del recorrido, los/as docentes se quedaron con una sola organización sindical dispuesta a ir hasta el final en la resistencia: Ademys. El desafío del momento para la docencia es fortalecer Ademys, afiliándose, eligiendo delegados, participando de sus instancias democráticas y sus acciones.

Pero el cierre de cursos forma parte de un proyecto global de ataque a la Escuela Pública, que quiere acrecentar el vinculo de la educación con los valores del mercado, que promueve aumentar sus niveles de privatización, que pretende consolidar dos segmentos pedagógicos diferenciados para cristalizar las diferencias sociales existentes.

Con respecto al cierre de cursos y los problemas de falta de matrícula, el próximo paso del Gobierno será, como ya nos lo anunció e informáramos en su momento, convocar una comisión de trabajo para elaborar una nueva norma que reemplace al Decreto 1990. Esta decisión que pareciera recoger un reclamo histórico en realidad se convertirá en una trampa. Ahora, con el acuerdo de los sindicatos, establecerá el mínimo de alumnos en cada nivel, turno, etc., menos del cual no se podrá abrir el curso. Es decir la continuidad del plan pero con consenso. 

Ademys no va a entrar en esa trampa. Allí estaremos para exigir que se ataquen las causas de falta de matrícula, al mismo tiempo que solucionan vía construcción de escuelas la superpoblación de la zona sur. Exigiremos la eliminación del subsidio a la educación privada y promoveremos la aprobación del proyecto presentado en la legislatura. Reiteraremos nuestro reclamo por políticas activas del Estado para evitar la deserción escolar, por el nombramiento de parejas pedagógicas, triplicar los integrantes de los EOE, el aumento de los salarios y del presupuesto educativo, etc.

El desafío de hoy es acrecentar nuestra capacidad de resistencia, y dos son las vías: Por un lado lograr una mayor articulación en un único y amplio movimiento democrático que incluya a todos los que se expidan a favor de la Escuela Pública, en contra de los subsidios a la privada, y dispuestos a resistir. Por el otro sumarse y fortalecer Ademys.

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