Comunicadores del Sur

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Relanzan una aplicación para denunciar casos de violencia institucional

4.4.2020

Por Asociación Contra la Violencia Institucional

Desde la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) desarrollaron una aplicación para celulares denominada ´ACVI´ “con el objetivo de prevenir y denunciar las detenciones arbitrarias y colaborar con la identificación de quienes sean detenidos o detenidas en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires”.

La cuarentena sin duda alguna no afecta de la misma manera a todos los sectores, los más vulnerables, que viven en barrios carenciados, villas, asentamientos, llevan la peor parte, en primer lugar porque es prácticamente imposible cumplir aquello que pregonan y se hace viral desde las redes sociales bajo el Hashtag “quédate en casa”, “en casa”, y similares, porque es literalmente imposible vivir en una casilla de cuatro por cuatro para una familia con niños y niñas, ahí cobra sentido el pedido de asociaciones populares con inserción en los barrios y curas villeros de que la cuarentena en todo caso, en tales situaciones de hacinamiento debe cumplirse en los barrios. En segundo lugar porque las fuerzas de seguridad y la ampliación de su poder a partir del dictado del DNU 297/2020 de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, va recaer y ya lo hemos visto de manera más violenta e ilegal sobre los más vulnerables, esto lo hemos visto recientemente en videos viralizados en las redes sociales donde gendarmes obligaban a dos jóvenes en la Villa 1-11-14 a caminar de cuclillas, en otro hecho ocurrido en Isidro Casanova, miembros de la fuerza de seguridad sometían a un grupo de jóvenes a un trato que nos remite al maltrato ejercido en instituciones militares cuando existía el servicio militar obligatorio, conocido popularmente como “baile”, en otro video viralizado puede observarse a miembros de la fuerzas de seguridad zamarreando a una persona en situación de calle, en otros, en operativos de dispersión masiva a bordo de motocicletas o vehículos, de grupos de personas que se encuentran en la vía pública, (contrastando con el también viralizado caso del “surfer” en donde más allá del circo mediático acontecido las fuerzas de seguridad escoltan a esta persona hasta el domicilio declarado).
En todos esos casos hay un denominador común se trata de personas vulnerables, en barrios vulnerables, en situación vulnerable, en donde el poder punitivo se ensaña especialmente, y esto no es debido al DNU 297/2020, sino que el poder punitivo, actúa siempre selectivamente sobre los márgenes de la sociedad, basta ver y ya es cliché la composición social de los integrantes de los diferentes lugares de detención. Dicha selectividad actúa sobre determinadas categorías de personas apoyadas en prejuicios “construidos”, dicho portador del estereotipo corre mayor riesgo de selección criminalizante que otras personas, en la actualidad, ese estereotipo suele ser completado por hombres jóvenes y pobres, con cierto aspecto identificatorio externo (vestimenta), y caracteres étnicos, cumplir con esas características per se te hace sospechoso. La enorme mayoría de los seleccionados por el poder punitivo cumple estas características.
En el caso en cuestión debemos preguntarnos si el remedio adoptado ante transeúntes no exceptuados de la cuarentena obligatoria es el más adecuado, ¿cumpliría la finalidad de la norma detener a una persona que circula solitariamente por una calle y confinarla a una alcaldía con otros detenidos, donde no se cumpliría ningún estándar de distanciamiento social? ¿Qué papel juega el Derecho Penal ante la quiebra de una orden cuarentena?
Es conocido que el derecho penal debe actuar como última ratio, y las escalas penales aplicables a este caso previstas en el Código Penal (CP)- Delitos contra la salud pública-, van desde los seis meses a quince años dependiendo el tipo penal, incluyendo multas de hasta cien mil pesos ($100.00). Desandando ese camino, en la escala penal más elevada estipulada en el artículo 202 del CP corresponde a “el que propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas” (tres a quince años de prisión), sin entrar en tecnicismos se trata de un delito doloso (realizado por alguien con la intención de dañar), en este caso el bien jurídico protegido es la salud pública, y la acción típica “propagar” a varias personas, y de considerarlo como un delito de daño concreto recién se consumaría cuando se contagie efectivamente una persona, ahora bien, en un estadio como el actual donde en varias jurisdicciones ya hay circulación comunitaria del virus, no parece sencillo establecer el nexo causal, en cambio, si se adopta como criterio que se un delito de “peligro abstracto” sería suficiente para la consumación el haber expuesto en riesgo de contagio a otras personas allí se amplía el alcance de la norma (por otra parte el artículo 203 prevé la modalidad culposa de este delito, con multas de cinco mil pesos a cien mil y prisión de seis meses a cinco años).
En el otro extremo de las escalas penales aplicables, en el artículo 205 CP “el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia” (de seis meses a dos años de prisión), se trata en primer lugar de una denominada ley penal en blanco, que es completada por remisión a otras normativas, en este caso el DNU 297/2020, en particular pretende sancionar la violación de normas impuestas por la autoridad competente, sea por acción u omisión, de manera dolosa y que a través de ella se pueda propagar o introducir una epidemia, ahora bien, entendemos que dicha acción u omisión debe de “manera concreta”, o a través de un “riesgo concreto” producir la introducción o propagación de una epidemia, ello en orden a no violar el principio de lesividad (Art 19 Constitución Nacional). Además, al no contemplar la norma una figura culposa, al excluirse el dolo la conducta deviene atípica.
Cabe resaltar que además de las figuras descriptas propias de delitos contra la “Salud Pública” se aplican otros, como ser delitos contra el “Orden Público” arts. 211 y 239 del Código Penal, con lo cual en el caso del delito de “resistencia a la autoridad” (art., 239 CP), y a partir del DNU 297/2020 se extendió a toda la población el deber de cuarentena obligatoria, con la correlativa pasible sanción penal en caso de violar la misma, o al menos deber transitar un proceso penal, con penas en expectativa de quince días a un año, por lo que choca esta extensión punitiva con el principio del derecho penal como última ratio.
A las dificultades propias de subsumir una conducta dentro de un tipo penal determinado, debe tenerse presente como principio que el Código Penal debe ser utilizado siempre como última ratio, respetando el principio de proporcionalidad, y priorizándose otros medios menos lesivos de resolver los conflictos antes de incurrir en las sanciones de tipo penal.
Pero dada la situación actual, en donde se ha optado por perseguir con el Código Penal a quienes infrinjan lo dispuesto por el DNU 297/2020, y sabiendo que el poder punitivo opera selectivamente sobre los sectores más vulnerables, es importante contar con información clara sobre que pueden y que no pueden hacer las fuerzas de seguridad en su accionar para prevenir que se cometan abusos, en ese sentido el personal policial y las fuerzas de seguridad deberán tener el gafete de identificación personal, identificarse al abordar a una persona (en caso que otra persona se encuentre tomando registro fílmico de la intervención policial, no podrá impedirse dicha actividad), consultar sobre los motivos por los que la persona está circulando, atendiendo a que hay numerosas excepciones al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que permiten el tránsito de personas que cumplan trabajos y/o brinden servicios en determinados rubros. En caso de que una persona circule no amparado en las excepciones normativas, se deberá comunicar a la justicia penal para evaluar la pertinencia o no de iniciar acciones en base al Código Penal, al mismo tiempo que debe informársele a la persona acusada el juzgado, fiscalía y defensoría interviniente. En caso de ser trasladada a una comisaría debe hacérsele conocer sus derechos de forma clara y comprensible, y se deberá informar sobre la razón de la privación de la libertad, deberá concedérsele el derecho a una llamada telefónica, y el derecho a designar a un abogado o abogada de su confianza o en su defecto un representante de la defensa pública, además el derecho a un reconocimiento médico que evalúe el estado psicofísico de la persona detenida.
Desde la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) desarrollamos una aplicación para celulares denominada “ACVI” con el objetivo de prevenir y denunciar las detenciones arbitrarias y colaborar con la identificación de quienes sean detenidos o detenidas en en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, esto permitirá canalizar las denuncias vinculadas a las detenciones y poder actuar en los casos que sea necesario y se configure un caso de violencia institucional, a través de esta herramienta además hemos fortalecido los vínculos con aquellas agencias del Estado encargadas de actuar cuando se presentan casos de violencia institucional, y así poder colaborar brindándoles la información necesaria que nos llega a través de la aplicación para combatir estas violaciones, en ese sentido es importante resaltar la línea 134 del Ministerio de Seguridad de la Nación donde se reciben denuncias ante casos de violencia institucional, y la provincia de Buenos Aires cuenta con la línea telefónica gratuita de la “Auditoría General de Asuntos Internos” 0800-999-8358 (las 24hs) donde también pueden realizarse denuncias de violencia institucional.
Link para descarga de la aplicación:
*Nicolás Gastón Parra- Abogado (UBA)
Secretario de la Asociación Contra la Violencia Institucional- ACVI
Contacto: nparra@acvi.org.a

DESPIDOS EN BARRACAS

4.4.2020

Sólo 3 días después de que el gobierno decretó el DNU que prohíbe los despidos, el Grupo Lerner anunció el cierre de todos sus medios gráficos y su imprenta. Los trabajadores cuentan su situación

Con la prepotencia patronal que los caracteriza y aprovechando la pandemia por el coronavirus, desde el miércoles 2 comenzaron a llegar los telegramas de despidos a casi un centenar de empleados de las empresas PubliExpress e Ipesa, que imprimían revistas y suplementos en papel, entre los que se encuentran Pronto (una de las más vendidas del país) y Saber Vivir, entre otras. Esta situación se da a sólo 3 días de que el gobierno haya dictado el DNU que prohíbe los despidos “sin causa”.
“Ante hecho de fuerza mayor por todos conocida no imputable a empleador que impide subsistencia del establecimiento. Informo queda Ud. despedido por tal causal. Liquidación Indemnizaciones y certificados a disposición” reza el telegrama de despido. Demostrando que el decreto presidencial tiene muchos límites y la sed de ganancias de las empresas siempre encuentra formas para acechar a la clase trabajadora.
Dicen que el cierre de sus empresas tiene que ver con la imposibilidad de subsistencia del establecimiento y que eso sería un causal. Pero ante la pregunta de si la empresa venía en crisis antes de la cuarentena que empezó hace sólo dos semanas, la respuesta fue un categórico “No”.
Los trabajadores del taller de la zona de Barracas se comunicaron y nos contaron que la empresa venía con el plan de despedir. “En octubre pasado despidieron a 54 trabajadores, y nosotros sabemos que hay una clara intención de vaciamiento para voltear el convenio y derechos que hemos ganado durante años”, manifestaron. Y rematan: “Nos quieren precarizar el futuro”.
Hay que destacar que además de los trabajadores de planta, había decenas de trabajadores que figuraban como monotributistas como periodistas, fotógrafos y otro tipo de colaboradores que estaban relacionados con las diferentes publicaciones impresas y que también quedaron sin ingresos.
Con el impulso de los trabajadores organizados, el sindicato SiPreBA se presentó ante el Ministerio de Trabajo, donde se dictó la conciliación Obligatoria pero aún no tienen certeza de cómo se va a manejar la empresa.
Ellos están en alerta y cuentan: “Hicimos un grupo para estar en contacto, y vamos debatiendo ahí a medida que llega información”. Así como los trabajadores aeronáuticos, los obreros de Ipesa utilizan las aplicaciones de video llamadas y teleconferencias para organizarse y combatir los despidos, rebajas salariales y todas las consecuencias de la pandemia.
Queda claro que la clase empresaria siempre quiere hacer pagar las crisis a los que menos tienen. Y que la salida a esta crisis sanitaria y económica debe ser desde abajo, con los métodos y bajo control de la clase trabajadora.

La pandemia desde el pie: crónica de la Villa 21

4.4.2020

Por vecinxs del barrio de Barracas

La pandemia y el aislamiento no impactan uniformemente en todo el territorio nacional. La escasez de comida y la relación con las fuerzas de seguridad son dos temas de estas historias que llegan desde la Villa 21, ubicada en el barrio de Barracas de la Ciudad de Buenos Aires.

“Ponemos el hombro todos los días”

La verdad que la estamos pasando muy mal acá dentro del barrio. Tenemos la necesidad de un plato de comida, además de la cuarentena por el tema del virus y la situación económica que está viviendo el país y afecta a muchas personas.
Nos estamos preparando con todo acá en el barrio, esperemos que no llegue pero no sabemos qué va a pasar. Nos estamos organizando con el tema de los comedores también porque, hoy por hoy, y desde que se declaró la cuarentena, se sumaron 200 familias que no estaban contempladas en la lista del comedor que nosotros veníamos asistiendo y dando un plato de comida a todas esas familias que tienen hijos. La verdad es que tratamos de bancar a esa familia, la situación que hoy está padeciendo sin tener plata para comprar y cocinar es difícil.
El gobierno nos está bajando alimentos frescos pero la verdad no damos abasto con eso. Nos están bajando carne, nos está bajando pollo, tratamos de no hacer milanesas o un pollo al horno sino de transformarlo en guiso para poder abastecer a toda la gente que se acerca a nuestros comedores pidiendo un plato de comida. La verdad que la situación es horrible, aún más acá en el barrio, que es más pobre, ¿no?
El gobierno no está garantizando las cosas que necesitamos para poder laburar. Ya sea un guante, un barbijo, lavandina, alcohol en gel. Y la verdad son insumos necesarios para cuidar el tema de la alimentación, por el virus, para no transmitir nada cuando repartimos la comida. La verdad que hoy tenemos que estar laburando sin esos insumos y nos da mucha bronca porque el gobierno debería estar bajando esas cosas que son necesarias hoy en día por el tema de la enfermedad.
Lo mismo está pasando con el alimento. No está llegando como tiene que llegar. Te traen una parte un día, otra parte al otro día y así no se puede estar. Entonces le estamos exigiendo al gobierno que primero nos traiga día a día las cosas que tiene que bajar, los insumos que son necesarios para poder seguir laburando porque nosotros le ponemos el pecho todos los días para poder seguir cocinando y que nos den más raciones para poder contener a más vecinos que verdaderamente lo necesitan.
También estamos muy unidos con todos los comedores del barrio, con todas las organizaciones que tienen un comedor, con todos los merenderos que hay en el barrio para que en cada sector podamos sustentar y llegar a familias de varias manzanas. Sabemos que no nos alcanza para todos pero hacemos lo posible por estar unidos para combatir el hambre acá en la 21 y estar más preparados si llega a aparecer el virus acá en el barrio.
También estamos preparando promotoras de salud para poder asistir a las personas mayores, para alcanzarle el tupper a las personas que no pueden salir de sus casas, más allá de que ya tenemos promotores y promotoras, estamos haciendo cursos para que se sumen más personas para todo lo que tenga que ver con salud, para ser más en el barrio y poder alcanzar a cada persona que realmente lo necesite.
Vamos a seguir exigiendo al gobierno todas las necesidades que tenemos acá en la villa, en el barrio, porque no damos para más. Nos levantamos todos los días, ponemos el hombro en todos los comedores que tenemos acá para poder sustentar a toda la gente que se acerca.
Sobre seguridad, realmente no he escuchado ningún caso de abuso de autoridad con la gente. Sí por ahí, paran a algunas personas para saber dónde van, si es el trabajo, pero tranquilos. Lo que sí, tipo 8 de la noche entran para que nadie esté en la calle y los almacenes cierran por eso. Por eso nosotros tratamos de que todos cumplan más allá de lo que haga la Prefectura y acá la mayoría están cumpliendo. Algunas familias tienen que salir a buscar el tupper, la comida y traer a su casa. Salir a la tarde a buscar una merienda para los pibes y volver a entrar a su casa y hacer las compras.
Pero bueno, hacemos todo lo posible para cumplir con la cuarentena hasta que se termine todo esto que está afectando a mucha gente en el país. Espero que pongamos toda la garra y las ganas para que esto se termine de una vez.
Vamos a seguir organizándonos como podamos ante esta situación y también esperamos que el gobierno se comporte como se debe porque nosotros somos de los barrios más afectados, de los más humildes, de los olvidados y solamente exigimos al gobierno que cumpla con lo que tiene que cumplir.

“Quedate en tu barrio”

La relación de las fuerzas de seguridad con el barrio desde que se decretó la cuarentena, en realidad desde que se suspendieron las clases, todavía se transitaba normalmente. Cuando el gobierno ya decretó la cuarentena obligatoria, esa misma noche ya las fuerzas de seguridad le avisaban a todos los que estaban en la calle que se metan a sus casas.
Ya en cuarentena obligatoria, los primeros días hubo testimonios de varios pibes de que los verdugueaban. Yo empecé a decir que están en su salsa, porque son ellos ahora que tienen todo el aval del poder para mandarte a tu casa. Hubo descanso, “corré, corré”, delirios. Hubo casos de público conocimiento en la 1-11-14.
En estos días tipo 4 de la tarde ya se ponen rígidos. A raíz de que saltó todo esto de que la gente del barrio no puede hacer cuarentena porque hay mucha gente amontonada en una casa, o porque tienen que ir al cajero o de compras, como que están más tranquilos. Se puede circular. Pero yo creo que tiene que haber una bajada de línea de que en los barrios se puede circular, algo como “quedate en tu barrio” para que se pueda circular. Por suerte, todavía no hay ningún caso.
Respecto a la situación sanitaria no está todo. Nosotros tenemos que prever el peor escenario. Es muy importante la ayuda que va a hacer el gobierno. Se estuvo diciendo que se van a bajar raciones a los comedores, lo cual aún no paso ni de Ciudad ni de Nación. Sí estuvo viniendo ANSES, Migraciones, se está preparando un clima por si llega a pasar lo peor. Será muy difícil porque no está todo resuelto, hay mucho hacinamiento y la gente sale porque tiene que laburar.
Los comedores y los merenderos se desbordan cada vez más. Tenemos que pensar una estrategia de cómo laburar con los comedores y articular para que la gente salga menos. La situación alimentaria es eso. Mucha gente se acerca a los comedores. El gobierno se comprometió a duplicar las raciones y nosotros con las organizaciones sociales tenemos que pensar políticas para que la gente en riesgo no salga a la calle tampoco.
Hacer la cuarentena es complicado. Con las fuerzas de seguridad hay que estar muy atento, porque ya se han visto revisadas y demás. Se tiene que duplicar el alimento y trataremos de generar conciencia.

Hospital Garrahan: conferencia de prensa

2.4.2020

La brindarán trabajadores del Hospital Garrahan este viernes 3 de abril, a las 13:00, en la entrada de Combate de los Pozos y Pedro Echagüe de la Ciudad de Buenos Aires, para denunciar falta de insumos y personal para enfrentar el coronavirus.

Reproducimos comunicado:

Frente a la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, las y los trabajadores del Hospital Garrahan queremos hacer público lo que necesitamos para cuidar nuestra salud y la de nuestros pacientes. En muchos sectores faltan los equipos de protección personal (EPP). Los kits que entregan las autoridades son insuficientes en cantidad y calidad, ya que además de ser pocos incluyen elementos que no cumplen siquiera los requerimientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se respalda por el Organismo Internacional de Estándares (ISO). Tampoco hay correcta capacitación para el personal tanto de planta como para los residentes, becarios, tercerizados respecto de los protocolos de atención en el hospital, lo que nos expone al contagio como ya se vio con el médico del hospital hoy internado por dar positivo con el COVID-19. Esto obligó a poner a sus colegas en cuarentena tardía y sin ser testeados.
Hay mucha preocupación, y como si fuera poco las ART tampoco cubren el contagio como enfermedad laboral. ¡Siempre piensan en sus negocios!
Esto se suma a las malas condiciones en que se encuentra el personal de salud por los ritmos de trabajo extenuantes, lo que se refleja en el gran número de compañeras y compañeros licenciados por enfermedades cardíacas, respiratorias, autoinmunes, etc. Lo que agrava la necesidad de contratar de forma urgente más personal, una demanda que viene desde hace tiempo y en la que se encuentran negativas por parte de los directivos del Hospital, como fue el caso de la Dirección de Enfermería en los últimos meses. Exigimos la reincorporación de los cesanteados. Además, la inmediata incorporación de trabajadores y trabajadoras de Enfermería, ayudante de servicios y médicos, considerando en poner residentes médicos y de enfermería recién egresados y el nombramiento de estas camadas y de anteriores, garantizando todos los derechos laborales y un salario digno.
El bono de $5.000 que otorga el gobierno nacional es una miseria para la exposición que estamos teniendo los trabajadores de la salud y refleja el retraso salarial, consideramos que tiene que ir al básico. Es necesario un aumento de salario para todo el equipo de salud, que esté indexado de acuerdo a la inflación, con un salario mínimo inicial igual a la canasta familiar.
Todo esto lo sabemos porque en el Garrahan venimos realizando un relevamiento por sector y esta semana vamos a llamar asamblea por sala, sector o turno en la que se va a votar delegados y poder unificar una pelea de conjunto.
Los trabajadores de la salud no tenemos súper poderes, necesitamos los materiales para la protección para cuidarnos y cuidar a quien necesita. Exigimos de forma urgente KITS de protección necesaria de acuerdo a lo que recomienda la OMS, test para el personal de salud y mayor contratación de personal. Sabemos que plata hay, este martes se realiza un pago de US$250 millones en concepto de deuda, 9 veces más que la partida extraordinaria en salud. Nos parece que ese dinero debe utilizarse de forma urgente para aumentar el presupuesto de salud, esas son las prioridades y no los especuladores. Decimos que para que también haya una eficiente atención a los pacientes la unificación del sistema de salud público al privado en un único servicio estatal bajo control de los trabajadores, para que haya atención gratuita para todos los contagiados. Los laboratorios, empresas de barbijos, al igual que las empresas químicas que producen elementos sanitarios (como lavandina, jabón, etc.) también deberán ser declarados de utilidad pública y sujetos a expropiación.

“QUEREMOS PROTECCIÓN ANTES DE MORIRNOS”

2.4.2020

Por Leandro Díaz del Campo

Hay un grito unificado de los y las enfermeras del Hospital Ramos Mejía: “este virus vino a evidenciar todas las falencias que tenemos y que venimos trabajando mal hace tiempo”.
Camino tres cuadras hasta la parada del colectivo, veo largas colas en los locales, filas de personas que esperan por comprar provisiones, o un poco de “algo para comer” y los que tienen el mango justo. La distancia de no mirarse a los ojos, de no saber quién es nuestro vecino hoy se hizo cuerpo y ya no nos podemos ni acercar. Los abrazos son cosa del pasado, dos metros nos separan. En este futuro distópico las pantallas de noticieros nos anuncian varias veces al día cual sorteo del loto, un número de recuperados, un número de enfermos, un número de muertos, un número.

Surgieron varios personajes en esta cuarentena, desde las ventanas y los balcones se asoman ciudadanos que señalan, gritan y denuncian al #134 en pos de la comunidad, pero el aplaudidor es mi favorito, ponen el himno y aplauden a las 20:30, aplauden a las 21:00 y ahora también a las 21:30. En su discurso cuentan que aplauden a aquellos que cumplen algún “trabajo esencial” para agradecerle y demostrarle su apoyo, también aplauden a las “fuerzas de seguridad”, no voy a ahondar en la larga lista de “trabajos esenciales”, sino que me voy a detener en los trabajadores de la salud, “la primera línea” contra el Covid-19.
En el colectivo también mantenemos una distancia entre seres, el chófer, a modo de resguardar su salud, se armó una cortina de plástico pegada con dos pedazos de cinta que impide el contacto con los pasajeros, me hace pensar que Mac Gyber estaría orgulloso. Bajo en La Rioja y camino unas cuadras, evitando cruzarme con policías porque no tengo ganas de discutir sobre mi permiso de circulación, al llegar a la puerta del Hospital Ramos Mejía me espera Jorge, un enfermero con 35 años de experiencia en ese mismo hospital, nos saludamos con un choque de codos y me dice que en realidad lo conocen como “Gallo López” porque es hincha de Morón, me invita a entrar al Hospital. Me pongo la máscara y entramos.
Con cálida voz y seguridad en la oratoria me cuenta, “la semana pasada hicimos una asamblea pidiendo que venga la delegación gremial para que se haga cargo, pero solo vino un sector, nuestra idea es abrir el paraguas en el sentido de que tenemos el diario de ayer al ver lo que está ocurriendo en España e Italia donde hay más de 15.000 trabajadores de la salud infectados, esto es porque no se tomaron las medidas de protección necesarias. Cuando vimos que nos daban un camisolín de color amarillo que es de friselina, una tela muy liviana que uno la pone a tras luz y se trasparenta todo, más los barbijos quirúrgicos que no son los correctos, dijimos, “no podemos ir a una guerra con poncho y facón”.
Hace dos semanas vino el ministro de Salud de CABA (Fernán Quirós), e hizo una reunión a puerta cerrada con el Director del hospital y algún jefe de Departamento, no dejó entrar ni a la gremial médica ni a SUTECBA. En dicha reunión informó que el hospital Ramos Mejía iba a quedar como referente en la zona para la atención e internación de pacientes con Covid-19. El Ramos (lo pronuncia con cariño) no califica como hospital para esta clase de atención, porque es apabellonado, la parte edilicia es muy antigua y nunca se remodeló, las camas no tienen la distancia recomendada por la OMS que es de un metro y medio entre sí para evitar los contagios dentro de la sala.
Nos comentaron que van a poner containers en la entrada del hospital para empezar a atender ahí a todos los pacientes que vengan con un caso sospechoso, para luego derivarlos al hospital y hacer el ingreso a las salas, para esto no hay personal, y se suma una orden del Ministerio de Salud que pide a los hospitales tres enfermeros por turno para ir a atender a los pacientes que están cumpliendo la cuarentena en los hoteles de la zona, o sea tras cartón como no hay personal nos quieren sumar esa tarea. Desde ese momento dijimos “sino nos cuidamos nosotros no podemos pretender cuidar a la comunidad”, porque en el caso de que uno se contagie te mandan a tu casa a hacer la cuarentena y con el poco personal que hay esto se agravaría aún más. Pedimos que tomen personal nuevo para poder cumplir y ellos sacaron una solicitada para ingresar enfermeros, pero hay una parte que parece increíble, van a llamar a los jubilados de hace tres años en adelante para cumplir esta tarea y como la mayoría se jubila a los 65 años ya están en el grupo de riesgo, además que junto con su retiro se llevan un pastillero en el bolsillo, nosotros decimos así, porque la mayoría se van con algún tipo de patología, diabetes, coronarias, etc. Dicen que nuevos enfermeros no estarían preparados, pero eso es mentira porque salen muy bien entrenados de la Escuela de Enfermería, sino mandalos a salas de menor problemática donde los pacientes ya están recuperados y a la espera del alta.
En el 2019 hubo una gran baja de enfermeros, algunos fueron jubilados, otros fallecieron y en la actualidad somos entre 400 y 500, que no alcanza, entonces hay horas que se llaman módulo de Enfermería, quizás yo estuve toda la mañana y me quedo a la tarde a cubrir el lugar que hace falta, esta metodología se naturalizó y la mayoría de los trabajadores la aplican sin priorizar sus horas de descanso, esto es un peligro porque se genera una baja en el sistema inmunológico y se pueden producir más contagios, no solo de covid-19, nosotros tenemos casos de KPC, dengue, un montón de meningitis, tuberculosis, no solo se trata del covid-19, el problema es que se viene trabajando mal hace tiempo y este virus vino a evidenciar todas las falencias que tenemos.
No lo decimos de sabios ni de soberbios, lo decimos porque estamos en la trinchera y lo vemos día a día. Primero hay que arreglar desde adentro, consultar con nosotros qué se necesita y organizarse para poder dar una mejor batalla. Acá hay que ver que hubo cuatro años, más, doce años, porque viene de la época de Macri cuando era jefe de Gobierno que se recortó terriblemente el presupuesto, tanto el nuestro (el Ramos) como los demás hospitales públicos están en deplorable situación.
Nosotros estamos continuamente diciéndole a los delegados que traten este tema, de nuestra seguridad porque tenemos un montón de compañeros que están en situación de riesgo y los hacen venir igual, hay sectores que deberían enviarlos a casa porque, que estén circulando en el hospital no solo es un riesgo para ellos sino también en el caso de ser asintomáticos están llevando el virus por todos lados sin saberlo. Se suspendieron los turnos, se suspendieron las cirugías o sea que hay un montón de gente que hacen venir y están sentados las ocho horas en su lugar haciendo nada, porque no tienen nada para hacer.
Al personal de salud debería ser obligatorio hacerle el test, sino lo quieren hacer masivo es porque es mucha guita. Revisando un poco de historia, como se hizo con la bioseguridad en los pacientes con HIV, en un principio no usábamos protección y luego de obtener los resultados del positivo, recién ahí usábamos guantes y demás cuidados, hasta que se acordó de manera universal tratar a cada paciente como un posible portador de HIV y si después los resultados son negativos, perfecto. En el caso del covid-19 hay pacientes que son asintomáticos y hasta que se tiene el resultado estamos exigiendo tratarlos como un posible positivo, atenderlos con escafandra y las protecciones necesarias así de esta manera estamos cubiertos.
Nosotros no decimos que faltan insumos porque realmente hay, lo que decimos y reiteramos es que no están los elementos de protección, exigimos los kit de barbijo N° 95 con camisolín impermeable y antiparras de protección ocular para trabajar en la sala, en el caso de terapia al estar los pacientes entubados y con el respirador, se acumulan secreciones y cada dos horas o según la necesidad hay que aspirar porque no pueden hacerlo solos y en esa aspiración uno tiene que llevar la escafandra porque si no te comés el virus, eso no hay, esos elementos tienen que estar ahí a la mano y deben poder ser descartables. Algunos enfermeros se arman escafandras con placas de rayos, las blanquean y las adaptan para darle ese uso, esto no debería ser así. Los elementos de seguridad no son muy costosos, no estamos pidiendo respiradores que valen $30.000. Es un problema político también porque los tipos (Fernán Quirós y su equipo) vienen del sector privado, del hospital Italiano, ven otra realidad, el privado es número, entonces te dice acá los números me dan negativos y tengo que hacerlos positivos como sea, esos tipos tienen esa mirada y no ven más allá. Un claro ejemplo fue que en el 2019 se abrió la lista de la ley 6035 (de profesionales de la salud) donde están incluidas las diferentes disciplinas que atañen al sistema de salud, en ese caso agregaron a los psicopedagogos, antropólogos y musicoterapeutas que esta bárbaro porque son anexos que ayudan a la atención médica, pero dejaron excluidos otra vez a enfermeros, instrumentadores quirúrgicos y a licenciados de bioimágenes. También eso estamos reclamando, ya que dicen que somos personal esencial, que estamos en las trincheras, bueno, que nos reconozcan como profesionales de la salud y no como administrativos.
Se trabaja así, se vive así, con lo que hay.”
Actualmente en el hospital Ramos Mejía se están tratando a 6 pacientes con covid-19 en un pabellón apartado pero no apto para esta clase de contingencias.
Y los aplaudidores ya se escuchan, me di cuenta que son las 21:00. ¿Entenderán la lucha de trabajadores precarizados? ¿Apoyarán en el futuro los paros y movilizaciones en las calles o los mandarán a “agarrar la pala” a “laburar”? “Al país se lo saca adelante laburando”. No lo sé. No me tilden de Peronista, cierro esta nota porque son 21:03 y quiero ir a gritarles algo desde la terraza.

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