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Cromañón: asfixia de impunidad

28.12.2019

Por Jesica Calcagno

“Nuestras víctimas resucitan / y con más fuerza crecen y luchan / por aquellos que mató esta bosta / este sistema asesino de gente / este sistema asesino de posta”. Cromañón, Las Manos de Filippi.

“No quiero morir así”, “abran las puertas, por favor” son los gritos desesperados que retumban de ese 30 de diciembre de 2004 que hoy la juventud sigue recordando como si fuera ayer. Humo, corridas, gritos, oscuridad, las sirenas que no alcanzaban, la desesperación por encontrar amigos, familiares, la bronca y el dolor por los que no están, que podrías haber sido vos, tu hermano, amigo, vecino. Los pibes que lograron salir y volvieron a entrar para sacar a los que seguían atrapados adentro, y eso a muchos les costó su vida. Esa noche dejó una huella imborrable: 194 pibes que se llevó la corrupción del estado y sus funcionarios con el negocio de la música y los boliches, 700 heridos, y una generación a la que se le impuso las consecuencias de la masacre cercenando aún más el acceso a la cultura. La juventud de los barrios, laburantes, son las víctimas de tener que ir a los peores lugares para escuchar a su banda favorita.

Del otro lado se mantiene la impunidad de los responsables. Aníbal Ibarra, el principal responsable político, fue ganador. Nunca fue procesado, ni siquiera fue llamado a declarar. Hasta volvió a presentarse a las elecciones para el mismo cargo que ocupaba en ese momento, como Jefe de Gobierno. Una provocación de quienes miran cómodos desde arriba, con la garantía de que la impunidad juega en su equipo. Su única “condena” fue tener que tomarse tres años de vacaciones para volver a la política, como legislador porteño en 2007. Los que votaron su destitución allá por el 2006 lo hicieron por puro cálculo político, no porque sean distintos: el macrismo suma sus muertos por inundaciones en la ciudad, trabajadores del subte electrocutados, o en obras. Al igual que el kirchnerismo con la masacre de once, o las terribles inundaciones en La Plata en 2013. Las masacres se repiten, porque la vida de la juventud y los trabajadores no vale nada para ellos.

Cromañón puso al rojo vivo la piel de cómo funciona esta sociedad, el capitalismo que de todo hace un negocio. Sí, sobre todo de nuestras vidas. Las coimas a los funcionarios del Gobierno de la Ciudad y a la policía son más baratas que poner un boliche en condiciones. Así es el negocio para el dueño, Rafael Levy, y quien fuera su gerenciador, Omar Chabán, fallecido en 2014. La inversión en multimillonarias obras de la construcción que hacen los gobiernos son más redituables que destinar plata a la salud, desguazada y colapsada sin respiradores para los miles de pibes que esa noche se quedaron sin oxígeno, sin ambulancias suficientes, ni lugar en los hospitales. Las ganancias de la banda y su manager, que iban a llevarse el 70% de la recaudación de esa noche, dispuestos a sobrevender tres veces más entradas que la capacidad del lugar. Entraban 1000, pero había 4000. Son las reglas que decidieron aceptar del perverso mercado. Cerrar con candado las salidas de emergencia, tapiar las ventanas, cubrir con material tóxico los techos, comisarios que le ponen precio a su complicidad. La cadena de responsabilidades es larga y pesada, con diferentes grados, de todos los que se benefician con el negocio de los boliches y la música, que estuvo por encima de la vida de los miles de jóvenes que esa noche salieron a divertirse. Y seguirá por encima mientras los hilos de la sociedad estén manejados por empresarios y sus políticos.

 

La música en la encrucijada y un debate dividido

 

La masacre de Cromañón dividió aguas en todo el movimiento que surgió exigiendo justicia. Familiares y sobrevivientes, artistas, jóvenes que siguen a las bandas, fans de Callejeros o no, han tomado distintas posiciones sobre a quién apuntar los cañones. Con Ibarra, Chabán, Levy hay más consenso, son culpables.

Con la banda sí hay polémica. Hoy en día todos los integrantes de Callejeros están en libertad (salvo Eduardo Vázquez, condenado a cadena perpetua por el femicidio de Wanda Tadei). Unos sostienen que eran ellos mismos los que ingresaban las bengalas, que tuvieron a cargo la seguridad del boliche que cerró las salidas de emergencia, metieron más gente de la permitida, que podrían haberlo evitado si paraban el show. Del otro lado, que son víctimas y sobrevivientes como todos los demás pibes, que simplemente son músicos, que no son quienes habilitan los boliches, y piden su libertad y absolución para no desviar las verdaderas responsabilidades como Ibarra.

Las responsabilidades efectivamente no son para todos iguales. Los empresarios y los funcionarios del Estado no van a cansarse de reventar de ganancias a costa de descargar los peores crímenes sociales contra los trabajadores, la juventud y los más pobres. Por eso la justicia siempre está de su lado, es inversamente proporcional al grado de responsabilidades, permitiendo que Ibarra tenga total impunidad.

La masacre de Cromañón, así como expresó el profundo entramado de una sociedad movida por la sed de ganancias de empresarios y políticos, puso sobre la mesa la encrucijada del arte y la música bajo las reglas del mercado. Aunque Callejeros se hizo de abajo, con letras contestatarias, sus integrantes terminaron transando con los empresarios de la noche y la música para venderse más y mejor, en eso son responsables. Porque el arte, en sus diferentes gustos y estilos, ha dado brillantes creaciones que conmovieron generaciones enteras, pero no escapan a la realidad material, a su tiempo, aunque tampoco son su mero reflejo. Los músicos, que sueñan con la difícil y hermosa posibilidad de vivir de su creatividad y sus producciones bajo el capitalismo, tropiezan cuando terminan eligiendo vivir para ganar dinero, a cualquier precio. El arte y sus creadores, pueden elegir otro camino, de transformación social anticapitalista.

 

Hacer justicia

 

La lucha por justicia y porque no vuelva a repetirse ningún Cromañón más, es entonces un desafío que incluye y a la vez trasciende el señalamiento de los responsables. Se trata de pelear por nuevas bases sociales, barrer con el dominio de los empresarios y políticos enriquecidos con corrupta ostentación, que provocarán nuevas masacres, más muertes y desidia. Así las nuevas generaciones podrán abrir el camino a una nueva cultura, liberada de las ataduras del mercado. La juventud que fue presa de las garras de esta masacre, que sigue siendo atacada día a día con la persecución policial, el gatillo fácil, que quieren condenarla a los peores trabajos, quitando hasta el derecho a divertirse, ha demostrado que se levanta, organiza, pelea por otra vida. Multiplicarlo, apuntando a esa clase social que roba el pasado, presente y futuro, será el primer paso para empezar a hacer justicia, la verdadera.

Que ese sea el mejor homenaje a ellos. ¡Los pibes de Cromañón, PRESENTES!

Sutecba se opone a los cambios que realizó Larreta en el organigrama de su administración

28.12.2019

El gremio que nuclea a los trabajadores del Gobierno de la Ciudad, Sutecba, manifestó su inconformismo por los cambios en el organigrama que dispuso Horacio Rodríguez Larreta. El sindicato que lidera Amadeo Genta argumentó que las variantes que se ordenaron implican división de áreas y agrupar sectores «incompatibles», que generan «desconcierto» en la administración pública.

De acuerdo al sindicato, «pareciera que quienes diseñaron el organigrama ignoran la razón ordenadora y la necesidad de reunir competencias que fundamenta todo organigrama». Incluso afirmó que como consecuencia de estas modificaciones «se paralizó el proceso de elaboración de las estructuras que corresponden a la carrera administrativa».

Además, el colectivo gremial denuncia que se eliminan «puestos de trabajo que se desempeñan bajo forma contractual» y que se multiplican los «cargos políticos de alto rango» que se «transforman en una estafa al contribuyente».

Vale destacar que a raíz de estos cambios que ordenó el Jefe de Gobierno, la Dirección de Cementerios unificó misiones y funciones con Espacios Verdes, áreas que no poseen conexión, tal cual sostuvo Sutecba que, ante la falta de respuesta, inició una medida de fuerza. La administración porteña pidió la conciliación obligatoria y en enero existirá una reunión entre las partes para destrabar el conflicto.

Los legisladores del Frente de Todos, liderados por su jefe, Claudio Ferreño, junto a la vicepresidenta segunda de la Legislatura, María Rosa Muiños, y al legislador, Javier Andrade, también tomaron nota de lo que sucede y ya recibieron a los empleados de los Cementerios para conocer de primera mano la problemática.

Orquestas del Colón hicieron sonar su reclamo en las puertas del teatro

27.12.2019

Por Lucho Lucero

Como trasmitimos por este medio, las orquestas, el ballet, el coro y diversas áreas técnicas vienen hace tiempo denunciando el maltrato laboral, la precarización y la abrupta caída de su salario. Hoy sus reclamos se hicieron oír mientras brindaron un concierto en las puertas del coliseo.

Los integrantes del cuerpo artístico del Teatro Colón atraviesan desde hace tiempo una situación laboral crítica. El viernes 27 de diciembre desde las 18:30 hicieron público sus reclamos a través de un concierto gratuito en las escalinatas principales, en la calle Libertad 621.

Del evento participaron la Orquesta Estable del Teatro Colón, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y miembros del Coro Estable del Teatro Colón, como así también diversas áreas técnicas que desde hace tiempo vienen denunciando la caída de su salario, rechazan el intento de precarizar aún más las condiciones de trabajo con una carrera administrativa que nada tiene que ver con el buen funcionamiento del teatro.

A este concierto se llega luego de que el reclamo haya sido parte de todas las funciones del Ballet desde su estreno el 17 de diciembre, donde los cuerpos artísticos al finalizar cada función, salen a saludar con carteles con consignas que dejan muy en claro cuáles son sus demandas: “Sueldos dignos, basta de precarización, basta de abuso de poder”.

Es así como las orquestas estables, bailarines del cuerpo estable, técnicos y diversas áreas que sostienen el teatro día a día, dijeron basta ante sus directivos que ni escuchan, ni dan respuesta a sus reclamos. Es por esto que el reclamo salió a la calle con las orquestas haciendo sonar sus instrumentos visibilizando el conflicto.

Hasta el momento las autoridades siguen mirando para otro lado ante el reclamo que ya lleva más de 10 días de denuncia ante el público del Lago de los Cisnes, pero mucho más tiempo hacia dentro del teatro, con un descontento que ya no se puede callar y en unidad de todos los sectores empieza a conocerse lo que pasa en el teatro Colón, detrás del simbólico telón.

Los trabajadores del Colón recibieron la solidaridad de distintas personalidades políticas y sociales. Por su parte Alejandrina Barry legisladora porteña por el Frente de Izquierda publicó en redes: “Todo el apoyo a los trabajadores del Colón, basta de maltrato laboral. Hoy se hicieron oír con un hermoso concierto en la puerta del Coliseo”

La CTEP Capital organizó una cena solidaria de Nochebuena

25.12.2019

Así como lo hicieron el año pasado, la CTEP Capital realizó una cena de Nochebuena para recibir la navidad junto a las personas en situación de calle. Convocados bajo el lema «Nochebuena en Unidad» y «Navidad por Justicia Social», más de dos mil «sin techo» compartieron este festejo solidario.

Se hicieron presentes distintos referentes sociales y políticos, como el dirigente de la CTEP, Juan Grabois; el recientemente asumido Diputado Nacional, Federico Fagioli; el ministro de Ambiente, Juan Cabandié; el titular del gremio docente porteño UTE, Eduardo López; el titular de ATE Capital, Daniel Catalano; la legisladora porteña, Ofelia Fernández; entre otres.
El primer censo popular de personas en situación de calle realizado este año relevó 7.251 casos en la Ciudad de Buenos Aires. De elles, 871 son niñes y 40 mujeres embarazadas.
En sus redes sociales, Rafael Klejzer, organizador de la cena en su calidad de secretario general de la CTEP Capital, planteó «más de 2 mil vecinxs (y siguen llegando) frente al Congreso en esta Noche Buena llena de unidad y ganas de cambiarlo todo. Larreta, como mercader de la vida también te vamos a echar del templo». Por su parte, Juan Grabois dijo, «en el subsuelo de la Patria, la Navidad nos encuentra hermanados, solidarios y luchando por un futuro sin excluidos».

Reclamos en el Teatro Colón por bajos salarios y malos tratos

23.12.2019

Por Mónica López Ocón

Su reapertura en 2010 fue un as en la manga del macrismo. Codiciado botín político, hoy sus trabajadores también sufren la precarización laboral y ante los reclamos solo reciben indiferencia y ofensas de las autoridades.

El martes de la semana pasada la función de El lago de los cisnes, culminó con reclamos del parte del Ballet Estable del Teatro Colón y también de la Orquesta Estable a través de pancartas y carteles que exigían no sólo sueldos dignos, sino también la restitución de derechos laborales. Pero las protestas públicas habían comenzado antes en las presentaciones que músicos del Colón hicieron en La Usina del Arte. También la Orquesta Filarmónica se suma a los reclamos.
Poco más tarde, los integrantes del Ballet Estable pusieron este reclamo por escrito y lo hicieron público. El texto termina diciendo: “Llevamos años aguardando respuestas y soluciones que han sido omitidas deliberadamente. Exigimos dignidad laboral. Y venimos a decir: Basta de Abuso. Basta de Sueldos de Elite para Directivos frente a Trabajadores Precarizados.

El achatamiento de la pirámide salarial

“Existe en el teatro una pirámide salarial –explica uno de los integrantes de más alta jerarquía de la Orquesta. Todos estamos enganchados al sueldo del director o directora. (En este caso la dirección general del Teatro está a cargo de María Victoria Alcaraz). La directora es la máxima autoridad y luego viene el concertino, es decir, el primer violín. Esto siempre ha sido así. Cuando entraron las autoridades no pidieron aumentos de sueldo porque tienen otras entradas, ya sea a través de sueldos de gabinete, que son los que se usan para pagar asesores o secretarios, o de dudosos contratos de personas que nadie sabe quiénes son y que no trabajan en el Teatro. Los contratos dudosos cada vez son más. Por ejemplo hay un contrato como asesor de programa de mano, cosa que no existe, y hasta un contrato a una persona que vive en Europa. Pero a partir del sueldo oficial de la dirección, la pirámide salarial permanece chatísima. La directora del Ballet, Paloma Herrera, gana 300.000 $ y tiene otros contratos en el Instituto de Arte del Colón. Ella no trabaja allí, pero esos contratos suponen 90.000 o 100.000 $ más. Un primer bailarín gana aproximadamente $70.000 y el cuerpo de baile unos 52.000. Un concertino, que es una jerarquía altísima dentro de la Orquesta, está entre 70.000 y 80.000. En septiembre del año pasado, por ejemplo, contrataron a una cantante por 5.100.000 $ por una sola función cuando, el promedio de sueldos era de unos 40.000. Este es sólo uno de los contratos, pero hay muchos. Las diferencias nunca han sido tan grandes.

El maltrato

«Por otra parte -añade- hay un gran maltrato. Los bailarines han escrito muchas cartas por acoso laboral. Hay bailarines de gran trayectoria a los que, de un día para otro no los llamaron nunca más. No quieren hacer concursos porque prefieren tener gente contratada. También hay maltrato en actitudes de burla. La dirección del Teatro no recibe a los artistas. Cada vez que a la directora del Ballet se le pregunta algo ella dice que ese no es su tema. Tiene un secretario privado cuya función principal es pasarle información sobre lo que hacen los bailarines. Es una suerte de buchón con un sueldo altísimo. Todas las cartas que se mandaron por mesa de entrada dando a conocer malos tratos específicos se reenvían a Recursos Humanos cuya directora es Elizabeth Sarmiento, quedan cajoneadas y nunca salen a la luz. Muchas de estas cartas fueron colectivas y otras individuales. Cualquier persona que tenga un problema con Paloma Herrera es fustigada y corre el riesgo de no poder bailar nunca más».
“Además –continúa- la directora general (María Victoria Alcaraz) trata de sacarle provecho a que es la primera mujer que dirige el Colón y hasta lo usa para victimizarse cuando es atacada. Por supuesto, todos estamos de acuerdo con la igualdad de género, pero ella no tiene relación con los artistas. Siempre nos manda a hablar con un señor de apellido Sánchez que trabaja con su marido en la UBA. Las reuniones con él son un desperdicio porque es un señor que no sabe cuántas cuerdas tiene un violín. Ni siquiera tiene un cargo, es como una especie de operador político. Algunos delegados están comprados por la dirección. Ante nuestro deseo de denunciar lo que estaba pasando en el teatro ellos decían que de esa forma se ponían en riesgo las carreras o nuestros salarios. Te pongo un ejemplo: en cualquier teatro de Latinoamérica el sueldo de un concertino que es la jerarquía más alta de la orquesta está por encima de los 5.000 dólares, mientras que aquí, en el Colón, uno de los teatros más grandes del mundo, está en unos 1.200 dólares. La directora sale a decir públicamente que los artistas del Colón son un orgullo, que los invitan de otros teatros del mundo, lo cual es cierto, pero ella no nos sube el sueldo ni nos recibe.”

Estigmatización indiferencia y promesas incumplidas

Algunos de los integrantes de los más altos cargos de la orquesta refieren que cuando reclamaron un aumento ante la directora ésta les dijo que sólo podía dárselos a condición de que renunciaran a su cargo estable y entraran como contratados. Además, denuncian que no les permiten juntarse en el Teatro con el equipo técnico y que prácticamente tienen que hacerlo a escondidas.
“Ya no queremos promesas -dice otro de los integrantes de la Orquesta- porque con promesas incumplidas venimos hace cuatro años. Lo que queremos es un aumento de sueldo que está atrasado en un 80 por ciento. En los años 70 y 80, por ejemplo, por el prestigio del concertino y el lugar que ocupaba dentro de la Orquesta ganaba igual que un juez. Si sube el sueldo del concertino, como existe un enganche de la pirámide, todos los trabajadores logramos subir. Queremos tener sueldos acordes con la categoría que tiene el teatro. Lo sueldos que les pagan a los artistas invitados son internacionales. Aquí un cantante invitado gana como mínimo 10.000 dólares por función. Además, el teatro trae a jurados internacionales a los que se les paga el alojamiento, la estadía, pasaje y cachet y luego tenemos ganadores del más alto nivel a los que se le pagan 800 o 900 dólares.”
Por otra parte, según declaran los trabajadores de la orquesta, Enrique Arturo Diemecke, quien tiene a su cargo la dirección general artística y de producción “se autoprograma, es decir, se autocontrata porque él hace ópera, concierto, Colón para Niños, Colón Contemporáneo… Es decir que, además del sueldo, recibe el cachet de estos espectáculos.”
Añaden que había programado un cierre del año en el teatro Tronador de Mar del Plata que fue cancelado por la directora porque sabía que los trabajadores del Colón llevarían sus reclamos también a ese escenario. Fuera de esto, la reacción a los reclamos es nula por parte de la dirección. “Esta es una medida -dice uno de los integrantes de la orquesta- para que cesemos con los reclamos, pero nosotros vamos a seguir.”

Público, marketing y falta de respuestas

Otro de los trabajadores dice. “En las funciones de El lago de los cisnes, quienes están sentados en la platea, donde se pagan las entradas más caras, nos gritan zurdos, kirchneristas, mientras que en el segundo piso todo el mundo está de pie apoyándonos. La directora dice que no puede atender a nuestros reclamos porque el teatro no puede asumir el precio de los insumos, pero nosotros no estamos pidiendo que compren cuerdas o instrumentos, estamos pidiendo un aumento de salario, queremos un salario digno. El dinero está, lo que falta es la voluntad de pagar.” Corrobora el dato uno de los integrantes del Ballet: “Nosotros tenemos dos públicos diferentes. Mientras el de la platea por lo general nos abuchea, el del resto de la sala nos aplaude. Si bien las entradas en general no son baratas, las de la platea son las más caras. Esto demuestra hacia dónde apunta nuestro público y el marketing del teatro.”
La situación es crítica en este momento, pero tiene larga data. Consultados diversos integrantes del ballet, todos coinciden en que la situación no es nueva. “Nosotros -dice uno de ellos- hemos hecho nuestros reclamos por carta por la vía correspondiente, es decir a través de la mesa de entradas. Lo hemos ante la dirección del Teatro y en nuestro caso, ante la dirección del Ballet, y jamás fueron respondidos. Queremos dejar en claro que nuestros reclamos nunca interfirieron con nuestra labor diaria y nunca suspendimos ningún ensayo ni ninguna función. Recién después del último saludo es que manifestamos públicamente nuestros reclamos. Hay un abuso de poder, pero no sólo con el Ballet, sino que es general, se extiende a todas las áreas del teatro. Cada vez que intentamos hacer un reclamo del otro lado hemos recibido muy malos tratos, agresiones, gritos. Intentan humillarnos diciéndonos que somos verduleros o empleados municipales como si ambas cosas fueran despectivas. Y ni hablar de la precarización laboral. Un compañero que hace la misma función que un integrante del Ballet Estable cobra 12.500 $ por mes que es el 2,5 por ciento del sueldo de la directora. Esa persona que está por debajo de la línea de pobreza es el refuerzo del Ballet, hace todo lo que hace un bailarín estable por si en alguna circunstancia le toca reemplazarlo. Paloma Herrera cobra 3.600.000 $ anuales y tiene un contrato como asesora pedagógica y otro de entre 40.000 y 90.000 como programadora de giras del Instituto. Todo esto lo cobra aparte de su sueldo mensual.”
“En cuanto al maltrato –dice- nosotros preferimos no hablar tanto de él porque es algo más subjetivo. Para nosotros el maltrato es la indiferencia que hay de parte de la dirección para con los trabajadores del Teatro en general o cuando ante un reclamo salarial te contestan que sos un empleado municipal, como si esto fuera algo malo. Y esto no es privativo del Ballet, sino de todas las áreas del Teatro. “
Y agrega: “Lo que queremos es terminar con la precarización laboral y que los contratos no existan más dentro de nuestro sistema orgánico, tener diálogo con las autoridades de las que no hemos recibido ninguna respuesta a pesar de los reclamos que se hicieron públicos. También queremos que se termine el abuso de poder por parte de los directivos de turno que nos quitan derechos e incumplen con las reglamentaciones de las compañías y las costumbres del Teatro de más de 100 años.”

Dinero público, negocios privados

Uno de los problemas específicos del Ballet es que su directora dice ocuparse sólo de la dirección artística, por lo que ante cualquier otro problema que se le plantea, ella argumenta que no es de su especialidad, que está fuera de su área de competencia. “Muchas de las cosas no se resuelven –dice uno de los bailarines- porque ella no se hace cargo, no es gestora, es una couch, pero no se ocupa de nuestra necesidades, a pesar de figurar como directora del Ballet Estable del Colón. Todo lo que implica salir con un buen vestuario, con tener la posibilidad de un ensayo digno o que las funciones sean organizadas, ella argumenta que no es asunto suyo. Tampoco delega estas tareas a otra gente y todo termina siendo catastrófico. Nadie tiene un problema personal con Paloma Herrera, pero no nos gustan muchas de las cosas que hace y cómo se dirige a otros colegas. En el Teatro se manejan cifras millonarias que a nosotros nos importan porque es dinero del contribuyente, porque es dinero del Estado. Barenboim cobró 14 millones de pesos por cinco funciones y la orquesta otros 24 millones. Basta con fijarse en el Boletín Oficial para darse cuenta de que esto es un desastre. Acá se está desperdiciando dinero público con negocios privados y con contratos tan abultados.”

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