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Se duplicó la indigencia en la Ciudad de Buenos Aires

28.3.2019

Por Randy Stagnaro

Según el Centro de Estudios de Ciudad (CEC), el número de personas que sufre este flagelo pasó de 100 mil a 198 mil personas entre 2015 y 2018. La pobreza creció un 54%. Aumenta la desigualdad entre las zonas norte y sur de la Capital Federal.

La vida en la Ciudad de Buenos Aires es más desigual ahora que tres años atrás. En este período la pobreza creció en un 54% y la indigencia se duplicó. Pero estos flagelos no afectan de manera uniforme a la CABA: la mayor parte de ese incremento se dio en la zona sur de la ciudad.

Estos datos se desprenden del estudio “La Ciudad en deuda. 2019”, elaborado por el Centro de Estudios de Ciudad (CEC), que depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y que fue dado a conocer este miércoles.

En números absolutos, en los últimos tres años pasaron a situación de pobreza 220 mil personas en el territorio controlado por el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. De estos, 100 mil cayeron en la indigencia.

Adriana Clemente, directora del CEC señaló que en el período en que se dio este incremento de la población en situación de pobreza e indigencia, el crecimiento vegetativo de la población fue prácticamente nulo, por lo que el salto se debió se explica “por efecto de las políticas recesivas tanto del gobierno nacional, como por la falta de políticas pro cíclicas (anti crisis) por parte del gobierno de la jurisdicción más rica del país”.

En ese sentido, indicó que “hoy el gobierno de la CABA lleva adelante una agenda que desconoce el aumento de la demanda social a causa del empobrecimiento de su población”, al tiempo que el interés gubernamental se centra en la “transformación física” de la urbe en sintonía con “un plan de negocios”.

Inés Albergucci, licenciada en Trabajo Social, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA e investigadora del CEC, desarrolló una parte del estudio. Titulado “Una ciudad, dos realidades”, Albergucci revela los datos del segundo informe de monitoreo de datos socio-económicos de la Ciudad de Buenos Aires. En base a cuatro dimensiones, elabora una profunda radiografía de la crítica situación social y económica que viven centenares de miles de habitantes de la Capital Federal.

La primera de estas dimensiones es el mercado del trabajo. El promedio de la tasa de desocupación es del 9,4%, pero este dato encubre dos realidades totalmente diferentes. En la zona sur de la ciudad (comunas 4, 8, 9 y 10) la desocupación alcanza al 13,1% de la población económicamente activa en el tercer trimestre de 2018 mientras que en la zona norte (comunas 2, 13 y 14) llega al 5,6%.

Pero, al mismo tiempo, la distancia entre ambas zonas se agiganta. Mientras que entre 2008 y 2014, la diferencia en la tasa de desocupación entre el norte y el sur de la Ciudad no superó los 3,4 puntos porcentuales, desde 2015 esos niveles se disparan hasta llegar a 7,5 puntos porcentuales.

Esta situación laboral determina la dinámica de la segunda dimensión: la pobreza e indigencia. Alcanza al 14,7% de los hogares porteños, lo que equivale a una población de 639.000 personas: una de cada cinco personas en la Ciudad es pobre. Este nivel es un 54% superior al que existía tres años atrás.

Respecto de la indigencia, pasaron de 100 mil personas en el tercer trimestre de 2015 a 198 mil personas en el mismo período de 2018. Es decir, se duplicó.

Vinculado a este punto, Agustín Mario, doctor en Ciencias Sociales, docente universitario e investigador del CEC, elabora la segunda parte del informe (titulada “Pobreza extrema y desigualdad en la Ciudad de Buenos Aires”) y complementa el informe de Albergucci.

Su análisis se detiene en cinco puntos:

-La (casi) duplicación de la pobreza extrema (un aumento de 3,2 puntos porcentuales).

-La mayor parte de ese incremento tuvo lugar en la zona sur de la ciudad, paradójicamente la de mayor nivel de indigencia.

-La indigencia aumentó más en el grupo etario de mayor nivel de pobreza extrema (0 a 14 años).

-Mientras que en 2015 el 10% más rico tenía un ingreso de 17 veces el del 10% más pobre, en 2018 dicha brecha se amplió a 25 veces.

-El ingreso creció más en la zona de mayor nivel de ingreso (norte), y menos en la zona de menor nivel de ingreso (sur), incrementándose las diferencias zonales de ingreso en la ciudad.

Salud y educación

El informe de Albergucci se completa con dos dimensiones más: salud y educación. Respecto de la primera, observa que la tasa de mortalidad infantil en la zona norte de la ciudad es del 4,7% mientras que en la zona sur alcanza al 7 %.

Al mismo tiempo advierte que la tasa creció de manera “exponencial” en la zona centro de la ciudad, “en comunas donde antes el problema no era tan significativo”.

La diferencia entre norte y sur, con todo, sigue cristalizada. Así, la tasa de mortalidad infantil de la comuna 8, en la zona sur, del 8,9% en 2017, más que duplica las de la comuna 2.

En materia educativa, el trabajo de Albergucci indica que “el porcentaje de alumnos con sobre edad para el nivel primario es del 10,3% en la Comuna 8, mientras que en la Comuna 13, los barrios de Núñez, Belgrano y Colegiales es de 3,3%. En el nivel secundario, las Comunas 4 y 8 presentan una tasa de sobre edad del 39%, muy por encima de la media de la Ciudad que es de 26,9 por ciento”.

Revelación grave: 282 policías de la dictadura siguen en funciones en la Policía de la Ciudad

28.3.2019

La información surge del propio gobierno en respuesta a un pedido de informes realizado por los diputados Myriam Bregman y Patricio Del Corro (PTS-FIT).

Durante la sesión especial del 19 de junio de 2018, los diputados Myriam Bregman (presidenta de la Comisión contra la Violencia Institucional) y Patricio Del Corro (PTS-FIT), le reiteraron al jefe de Gabinete de Horacio Rodríguez Larreta, Felipe Miguel, un reclamo que realizan desde, por lo menos, 2016.

Se trata de la solicitud para que se informe la cantidad de efectivos que revisten en la fuerza desde la última dictadura. El pedido, formalmente, plantea que “Informe: nombres completos y DNI de efectivos de la Policía de la Ciudad que se hayan desempeñado en fuerzas de seguridad federales (Policía Federal Argentina, Prefectura Naval argentina y Gendarmería Nacional Argentina) entre 1976 y 1983 se encuentran al día de la fecha en actividad y el lugar dónde estuvieron destinados y la dependencia dónde se encuentran en actividad al día de la fecha.”

La respuesta de Felipe Miguel y el Ministerio de Jefatura de Gabinete tardó algo más de siete meses en llegar. Con un escueto encabezado que dice: “Nro, legajo, apellido, nombres, grado, Sit. Rev., dependencia, organismo”; a renglón seguido se presenta una nómina de 282 agentes.

El dato es grave porque las comisarías de la Ciudad durante la dictadura fueron usadas como centros de detención ilegal de personas.

El primero de la lista es el renunciado Jefe de la Policía de la Ciudad, Carlos Kevorkian. En el momento en que fue realizado el pedido de informe se encontraba aún al mando de la fuerza. Recién dejaría la jefatura policial dos meses más tarde.

En la sesión especial de junio pasado el Jefe de gabinete de la Ciudad había respondido a los legisladores de izquierda que "no había nadie procesado por delitos de lesa humanidad". Sin embargo, apenas dos días después fue procesado y detenido el subinspector Esteban Sanguineti. El motivo de la detención fue por el asesinato de tres militantes en 1977. Como resulta lógico, su nombre aparece en la nómina ahora revelada.

En las escuelas públicas de CABA quieren cobrar 110 pesos por estudiante por un plato de comida

26.3.2019

Por Lorena Sokol

El ministerio de Educación extendió el sistema de inscripción online a las becas de comida. Falta de vacantes, un sistema que no anda y niños y niñas que se quedan sin comer.

Desde finales del ciclo lectivo del 2018 circuló en los cuadernos de comunicaciones de las niñas y niños de las escuela de la Ciudad de Buenos Aires una nota que informaba: “A partir del 16/10/18, tramitar para el año próximo la solicitud de becas – refrigerio – en forma online cada familia (…) Luego deberá sacar en la misma página un turno para acercarse a la sede con toda la documentación para validar los datos”. Así, el sistema online que tantos reclamos genera en la asignación de vacantes escolares llegó también a los comedores.

Al iniciar las clases se transformó en prioridad cumplir con cada papel y entrar a la web se hizo una pesadilla. En los comedores escolares porteños esto se tradujo en mayor burocratización y menor comida de calidad para nenes y nenas de los jardines y las escuelas primarias de la Ciudad. Raciones insuficientes en las escuelas, becas demoradas y filas de familias pidiendo sus becas en un lugar lejano a la escuela que solo atienden de 9:00 a 15:00.

Para las familias trabajadoras es imposible cumplir ese horario, por todas las redes sociales hay miles de denuncias como el ajuste ya llegó: se entrega menos leche, yogurth y hay denuncias de comedores que han llegado a entregar té y galletas para remplazar un plato saludable. Mientras, se conocen los altos índices de pobreza que atacan a las familias que envían a sus hijos a la escuela pública. Un reflejo de la situación son las denuncias de que llegaron menos panes que la cantidad de estudiantes en el emblemático jardín del Mariano Acosta.

Mientras la pobreza aumenta, Larreta ajusta las raciones e incluye más trabas en la inscripción a las becas alimentarias. Desde las bancas del PTS-FIT se presentó un proyecto que da una respuesta a la situación actual para terminar con el negocio de las concesionarias y universalizar el servicio de comedores escolares.

En los grupos de whatsapp de Segundo A, de una escuela de Barracas, las madres transmiten angustiadas las quejas por demoras en el otorgamiento de becas. Este pedido para recortar las becas es comandado por Soledad Acuña, dejando al descubierto también el negociado de algunas concesionarias que piden 110 pesos por los alimentos de los estudiantes.

La demora en la aprobación de becas implica que algunas empresas cobran directamente los almuerzos a las familias, a través de las escuelas. La firma Enrique Tavolaro SRL, por caso, pide que se abone una suma fija por día por estudiante. Así ocurre por ejemplo en la escuela N°17 del D.E. 10 “Dr. Juan Balestra”, en Belgrano. “Es un colegio de jornada completa estatal, donde al mediodía tienen un servicio de comedor generalmente becado. Las becas a veces se retrasan y las terminan aprobando en abril, más o menos, pero los chicos que hacen el trámite por lo general se las suelen dar. Este año arrancaron ayer las clases y nos encontramos con un cartel de que hay que pagar el comedor hasta tanto avisen si está la beca o no. Son $110 por día por alumno, muchísimo para la mayoría de las familias. Y les dijeron que si sale la beca la semana que viene, devuelven el importe, pero si sale en abril, no. O sea que mientras eso se demore las familias tienen que pagar sí o sí, porque tampoco aceptan que se les envíe vianda”, contó el papá de una nena que asiste a esa institución.

Este martes circularon notas, para que los padres cumplan con los requisitos antes del 30 de Marzo, donde se ofrece como lugar de inscripción un shopping. Y el mensaje es claro: si no está la papeleta, no hay vianda.

En la Escuela N° 12 DE 7, “Facundo Zuviría”, en tanto, la cooperadora está denunciando que las raciones que envía el Gobierno de la Ciudad no alcanzan para todos los chicos y chicas. “El GCBA se maneja con números del año pasado y a pesar de que tiene los datos por la inscripción online y de que hubo un crecimiento de matrícula fuerte, están mandando 257 raciones y necesitamos como piso 330”, alertó la presidenta de la cooperadora en diálogo con la prensa. “Hasta ahora el Ministerio lo único que hizo es que los chicos que no hayan pedido beca tienen que ir a la casa o llevar vianda pero no pueden almorzar en la escuela. Lo consideramos inadmisible”, planteó la mujer. Y contó que la comida enviada por el Ministerio se está distribuyendo para que coman todos, pero eso implica porciones más pequeñas.

Desde el colectivo La Vacante es un Derecho, que milita por el acceso a la educación pública desde los 45 días como indica la Constitución porteña, se apropiaron de la problemática y aseguran que “hay situaciones de familias donde hay violencia institucional, donde se vulneran los derechos, desde el punto en el que cambia el mecanismo que antes era presencial y ahora es online, cuando antes se hacía directamente en la escuela con la directora. Esta avanzada del Ministerio en complejizar los accesos es lo que más nos preocupa”.

Por su parte Patricia Pines, maestra y referente del colectivo Vacantes Para Todxs en las Escuelas Públicas, planteó: “No todas las familias cuentan con los recursos para realizar la inscripción online y el plato de comida no puede depender de si ‘funciona o está caído el sistema’. Vamos a organizarnos, conducciones, cooperadoras y comunidades de todas las escuelas públicas para reclamar sobre esta situación. Porque también están las voces de docentes, que comentan que ya llego el recorte y han tenido que pagar ellos el almuerzo de los más chiquitos”.

“Stofd debería cumplir una pena altísima por la muerte de Kevin”

26.3.2019

Por Luciano Almonacid, abogado querellante de la familia de Kevin Benega.

Siempre llevo una foto de Kevin conmigo y, con el paso de los años, siento que lo conocí, que me habla y que está pidiendo justicia. Dicen que lo mató una bala perdida, esas que se pierden únicamente en las villas y en condiciones similares: una zona liberada por las Fuerzas de Seguridad. El 7 de septiembre de 2013 apostaron a que moriría un adulto y que lo enchastrarían como jefe narco, pero no fue así. Anteayer, después de cinco años y medio y de haber cajoneado la causa, pudimos sentar en el banquillo al prefecto Daniel Andrés Stofd. Este juicio desnuda muchas cosas, desde el accionar en convivencia entre dos Fuerzas hasta la interna y la protección del kiosco de droga. Y no es casual que no hayan brindado datos durante tanto tiempo. A Stofd en vez de separarlo, lo premiaron con un traslado a Entre Ríos.

El fallo que se conocerá en las próximas semanas tiene dos aristas posibles: puede ser muy importante y que le ponga freno a esta práctica sistemática; o la constatación de que el paso del tiempo disipa la eficacia como quedó demostrado en estos años de muertes, torturas y operativos, donde hasta los propios hermanos de Kevin sufrieron hostigamientos. Cuando la Justicia demora, la violencia estatal se replica. Y se vuelve más impune.

Durante la primera audiencia pudimos demostrar cómo se escapó la Gendarmería del lugar y cómo se disputaba con la Prefectura los ‘kioskos’ de droga. De hecho, uno de los efectivos explicó que escuchó disparos y se fue al “puesto negro”, y no al “puesto verde” que está frente a la Plaza donde ocurrió todo. En simples palabras: se retiraron. ¿Entienden? Ellos mismos contaron que se fueron porque escucharon tiros en otro lugar, lo cual es totalmente falso, además de que en la causa las propias Fuerzas dijeron en un principio que resultaba imposible no escuchar los disparos. Todas las pruebas son avasallantes en cuanto a la imposibilidad material de este relato.

El año pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 9 juzgó a uno de los miembros de las bandas implicadas quien contó que el accionar de la Prefectura había sido muy defectuoso y determinante en la muerte de Kevin. Todo está documentado en el fallo. Como se refleja en la imagen que acompaña, el Tribunal fue lapidario y sus fundamentos son vitales para este juicio. Por eso, si el responsable de liberar la zona recibe una pena de dos años, demostrará que el Código Penal se ríe de nosotros. Es indiscutible que debe ser juzgado por “homicidio” y condenado con una pena altísima, porque si Stofd cumplía su función, hoy Kevin estaría vivo.

Este juicio tiene que significar una fuerte señal para las Fuerzas: una condena ejemplar, una inhabilitación perpetua para ejercer cargos y que la casa en disputa de donde salió el disparo pueda ser cedida a la familia, para que la transforme en un espacio cultural.

Kevin nos pide justicia, y no vamos a parar hasta conseguirla.

 

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos: a 43 años del golpe, 43 formas de resistir

24.3.2019

Por Nadia Mayorquín

El Centro de la Memoria Virrey Cevallos impulsa 43 actividades culturales en el marco de la conmemoración del 43° aniversario del último golpe cívico- eclesiástico-militar. La propuesta busca integrar colectivos artísticos, sociales y culturales bajo una misma consigna: “Intervenciones y formas de resistencia de la memoria”.

 

El ciclo del Centro de la Memoria Virrey Cevallos empezó el viernes 1º de marzo con un homenaje a los murgueros víctimas de desaparición. En su programación incluye teatro, poesía, colocación de baldosas en recuerdo de los militantes desaparecidos del barrio e intervenciones gráficas. El 29 de marzo se realizará una suelta de libros y el cierre será el día 31 con murgas, teatro y música en vivo.

Las intervenciones cuentan con un texto en común del poeta Humberto Ak-Abal, que unifica la propuesta colectiva y será leído en las distintas performances:

De vez en cuando

camino al revés.

Es mi modo de recordar.

Si caminara sólo hacia adelante,

te podría contar,

cómo es el olvido.

 

Historia del Espacio de la Memoria Virrey Cevallos

 

Ubicado en el barrio de Monserrat, fue un centro clandestino de detención y tortura a cargo de un grupo de tareas del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea Argentina. De acuerdo con los registros y testimonios de vecinos/as y sobrevivientes, se estima que la casa funcionó como centro de detención entre 1976 y 1978. Allí actuó la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA) -que en un momento funcionó en la Séptima Brigada Aérea- y la Policía Federal Argentina.

Aunque la mayoría de los detenidos estaban tabicados -constantemente vendados-, los recuerdos físicos y los datos aportados por vecinos permitieron reconstruir la disposición del centro. En la planta baja funcionó la sala de interrogatorio donde los detenidos eran sometidos a preguntas, testimonios registrados con una máquina de escribir. Más atrás, en el ambiente alargado del fondo de la planta baja, funcionó la sala de torturas donde estaba la cama metálica o “parrilla”, que se utilizaba para pasar electricidad por el cuerpo a los detenidos. En el primer y segundo nivel del contrafrente funcionaron las celdas de los secuestrados, pequeños ambientes sin ventilación que habían sido pensados como cuartos de servidumbre a principios del siglo XX. En el entrepiso que da al frente de la calle Virrey Cevallos y que conecta los tres cuerpos de la casa, funcionaron las oficinas de inteligencia. Según los vecinos, por las ventanas que daban a la calle se podían distinguir personas armadas. 

Entre los detenidos se cuenta con el testimonio de Osvaldo López, que antes de darse a la fuga recuerda: “Ellos siempre traían gente que torturaban y ponían la música fuerte para que no se escucharan los gritos. Inclusive traían perros grandes a la noche”.

Miriam Lewin tenía 19 años el 17 de mayo de 1977, día en que la secuestraron. La llevaron a la comisaría Nº 44  y de ahí a Virrey Cevallos 632, donde pasó diez meses y medio. Posteriormente fue trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) hasta enero de 1979. De acuerdo a su testimonio, en el primer piso funcionó el comedor de los represores. Durante su cautiverio, en una ocasión, Lewin fue obligada a lavar los platos y reconoció el logo de la Fuerza Aérea en la vajilla.

 

Los testimonios del juicio y la sentencia

 

El 27 de diciembre de 2018 en los Tribunales de Comodoro Py, el tribunal Oral y Federal N ° 2, integrado por Jorge Tassara, Jorge Gorini y Rodrigo Gómez Uriburu, dictó sentencia sobre los delitos de lesa humanidad ocurridos en el centro clandestino Virrey Cevallos. Tres represores fueron condenados: le dieron 15 años al excomandante de la Fuerza Aérea Omar Rubens Graffigna, quien intentó hacerse pasar por senil; Jorge Monteverde, civil de Inteligencia de la Fuerza Aérea fue condenado a 13 años y Enrique Monteverde también civil y agente de inteligencia, fue absuelto.

El sobreviviente Osvaldo López no profundizó en detalles durante su testimonio. Se detuvo cuando el fiscal le preguntó cómo logró escapar de su cautiverio en ese centro, adónde fue, por qué lo detuvieron. Querían saber si militaba o no. Entonces López dijo: “Si no fuera por los libros socialistas y la militancia, yo no contaría mi secuestro, sino que estaría siendo juzgado”. Con esas últimas palabras uno de los jueces expresó que las preguntas habían sido suficientes.

López habló de una mujer, a quién intentó liberar en una celda que estaba al lado de la suya, pero no pudo abrir la cadena y escapó sin ella. La mujer era Lewin, también sobreviviente de ese Centro y de la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada). Durante su declaración, ella sí dio detalles de lo sucedido. En la sala de audiencias rememoró su captura, se acordó del auto que la persiguió para llevársela, de las caras de los tipos que la agarraron, y de sus miradas obscenas. Describió los actos siniestros realizados con objetos especialmente hechos para torturar. Consignó los apodos de los represores como “El Sota”, que en ese momento estaba sentado en el banquillo, era Jorge Monteverde. Lewin destacó la terraza de aquella casa, el sitio que fue diez meses su infierno. La terraza, a la que tuvo oportunidad de subir una vez, le dejó un recuerdo vívido, que años después le sirvió para reconocer que ella había estado en Virrey Cevallos 630, a dos cuadras del Departamento Central de Policía.

Se cuenta con el testimonio de nueve sobrevivientes y de una persona que llevaron herida, luego la trasladaron a la ex Esma y terminó muriendo allí. No se sabe con exactitud cuántas víctimas pasaron por el centro clandestino Virrey Cevallos.

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