Comunicadores del Sur

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Los sueños no se sueñan, se construyen

13.11.2014

Por Construir desde Aquí

El pasado lunes 3 de noviembre, en la Sala de Audiencias de Penal Económico de los tribunales de Comodoro Py, los integrantes de la Cooperativa de Vivienda "Crecer en Ministro Brin" comenzaron a sentir de manera palpable que "los sueños no se sueñan, se construyen".

En una audiencia cargada de nerviosismo, pero de aquel que precede al estallido de una inmensa alegría, como el nacimiento de un hijo, se llevo a cabo la escrituracion del inmueble a nombre de los miembros de la cooperativa, y con este acto, se concreto aquel sueño tan anhelado por los cooperativistas: ser dueños de su vivienda.

Este es el resultado de muchos años de lucha, de no resignarse pese a que se enfrentaban a poderosos actores e intereses, y fundamentalmente, del trabajo colectivo en pos de la construcción de ese sueño.

El juez, por su parte, fue como siempre, un excelente interlocutor, agradeció a cada uno de los actores, dio cuenta de lo complejo y trabajoso del proceso; hizo ver que cuando los actores se ponen de acuerdo y existen las voluntades, se logra dar soluciones a quienes más lo necesitan.

Asimismo, el escribano general de la nación hizo ver lo histórico del momento, señalando que si bien él estaba en momentos fundamentales e importantes del país, esta situación de poner de acuerdo a tantos actores diversos le parecía ejemplificadora de lo que se puede lograr. Y felicitó al juez Caramelo por su labor.

Nos sentimos inmensamente orgullosos y alegres de haber participado siquiera con un ladrillo en la construcción de ese sueño colectivo.
Sigamos soñando, sigamos construyendo, ¡Vamos por más, nunca menos!

El Molino es patrimonio del Estado Nacional

 

13.11.2014

La Cámara de Diputados aprobó la expropiación de la emblemática Confitería El Molino

 

 

 

 

El miércoles 12 de noviembre la Cámara de Diputados convirtió en ley por unanimidad el proyecto que declara de utilidad pública y sujeto a expropiación por su valor histórico y cultural a la Confitería El Molino. Luego de permanecer 17 años cerrada, el Congreso de la Nación se hará cargo de reabrir sus puertas y dedicará los pisos superiores a las expresiones artísticas de nuestra Cultura  La diputada nacional por el Frente para la Victoria Liliana Mazure se mostró entusiasmada con la recuperación de la histórica confitería cerrada primero a fines de los '70 con la dictadura cívico militar en el poder y que luego de su recuperación quebraba nuevamente con las políticas neoliberales de los '90.

 

 

 

 
 

 

 

 

Mazure destacó "Al recuperar su identidad este símbolo de Buenos Aires, recupera a la vez la diversidad y la identidad de las porteñas y los porteños. Cuando las aspas del Molino empiecen a girar nuevamente se completará este proceso que empezó hace muchos años. Tuvimos el honor de votar por unanimidad esta ley que llevará a El Molino a ser de nuevo un lugar fundamental y emblemático en la Ciudad de Buenos Aires, se pondrán en marcha cientos de encuentros, de recuerdos, de proyectos de construcción de futuro, miles de posibilidades de libertad de expresión y construcción de identidad de una ciudad que espera ansiosa tener centros culturales en donde expresarse".

 

Sobre la "Confitería El Molino"

 

Hacia 1850, Constantino Rossi y Cayetano Brenna, (éste último un prestigioso pastelero italiano especializado en la fabricación de pan dulce) eran los propietarios de la denominada Confitería del Centro, ubicada en la intersección de la Avenida Rivadavia con la calle Rodríguez Peña (en ese momento las calles se llamaban "Federación" y "Garantías" respectivamente).

Tras la instalación en las cercanías del negocio del Molino Lorea, el primer molino harinero instalado en la ciudad, el establecimiento tomó la denominación de Antigua Confitería del Molino.

En febrero de 1905 la confitería comenzó a funcionar en un local frente al Congreso Nacional. En 1910 había finalizado la construcción de la Plaza del Congreso, y Brenna, ya en sociedad con los Rocatagliatta necesitaba un nuevo edificio para unificar sus locales por lo que solicitó al arquitecto Gianotti un proyecto que fusionara las distintas propiedades en un solo conjunto, con la exigencia de que las obras no interrumpieran la atención a los clientes.

El encargo, para destinarlo a edificio de renta, incluía la remodelación del situado en la Avenida Callao 32, adquirido en 1909, y que poseía planta baja y cinco pisos, y la construcción de otro sobre Rivadavia 1815 que Brenna había comprado en 1911. Con estas obras quería presentar una nueva imagen de la empresa pastelera y a la vez adecuarse a la estética de la zona.

Finalmente Cayetano Brenna la inauguró en 1917 (tal como puede verse hoy) en el mismo solar y con el nombre de Nueva Confitería del Molino, en la intersección de Rivadavia y Callao, frente al edificio del Congreso Nacional.

Para construir este valioso exponente del Art Nouveau y vanguardia de la Belle Époque. Gianotti hizo traer todos los materiales de Italia: puertas, ventanas, mármoles, manijones de bronce, cerámicas, cristalería y más de 150 metros cuadrados de vitrales. El edificio tuvo una estructura de hormigón armado, material aún novedoso en esa época en que todavía se construía con ladrillo y losas de bovedilla catalana.

Su fachada, que abraza la esquina, tiene un desarrollo simétrico y está revestida por piedra París. Se destaca en ella su fantasiosa ornamentación, de influencia veneciana.

Aún pueden verse en el frente las aspas de un molino de fantasía y justo encima de él se alza la imponente cúpula en aguja, que fue cerrada con vitrales Art Noveau multicolores

 

Liberaron a Mariano Skliar y Humberto Rodríguez

13.11.2014

Mariano Skliar, delegado general de la Junta Interna de Promoción Social (ATE) de la Ciudad de Buenos Aires y militante del Frente Popular Darío Santillán, fue imputado por denunciar la política de desfinanciamiento y vaciamiento en el área impulsada por el gobierno de la Ciudad. Hoy, la justicia dictó la absolución definitiva a nuestro compañero, que el 1 de agosto de 2013 salió a las calles en el legítimo derecho a la protesta. Junto a él, fue procesado y también absuelto Humberto Rodriguez, secretario adjunto de ATE.

 

Diosnel Pérez, delegado de la Villa 20 y miembro del Frente Popular Darío Santillán, fue procesado como organizador e instigador de la toma del Parque Indoamericano en 2010, junto con el Tano Nardulli, de la CCC. Luego de un proceso de 4 años, con dos absoluciones previas y la impunidad total en la causa a los policías metropolitanos y federales que reprimieron a miles de familias en la toma y asesinaron a Rosmery Churapuña, Emilio Canabiri y Bernardo Salgueiro, el tribunal presidido por la Jueza Beatriz Lara finalmente definió absolver a los dos luchadores sociales. 

 

Desde el FPDS celebramos la decisión judicial en ambas causas, y afirmamos que la absolución es una victoria de los movimientos populares frente a las políticas de persecución y criminalización que ejerce el gobierno de la Ciudad contra el pueblo.  

 

Queremos mencionar, además, que la profunda crisis habitacional en la Ciudad de Buenos Aires y la falta de políticas sociales y estructurales para la zona sur de la Ciudad no está resuelta, y tampoco el gobierno muestra interés ni voluntad en mejorar la situación de las familias que allí habitan, a las que excluye y expulsa privilegiando los múltiples negociados inmobiliarios que impulsa en la Ciudad.

 

Denunciamos también el desfinanciamiento y vaciamiento de las áreas públicas de gobierno, parte de la política privatizadora y elitista de Macri. 

 

Este triunfo popular es un paso más para seguir denunciando y resistiendo las políticas privatistas del macrismo, y continuar exigiendo tierra y vivienda para todos los vecinos de la Ciudad.

 

Seguiremos ejerciendo nuestro derecho a la protesta, exigiendo el cese de la persecución política y el desprocesamiento de lxs 5 mil compañerxs criminalizados en todo el país, y luchando por mejores condiciones en nuestros puestos de trabajo, por la salud pública, la educación, y por una ciudad que nos incluya a todxs.

 

Exigimos justicia por Rosmery Churapuña, Emilio Canabiri y Bernardo Salgueiro, y repudiamos la nefasta absolución de los policías metropolitanos y federales implicados en la represión.

“Mauricio Macri perdió el entusiasmo en la Metropolitana”

11.11.2014

La diputada Claudia Neira participó de la reunión anual de presupuesto que recibió la visita del Ministro de Seguridad y Justicia Guillermo Montenegro y autoridades del Ministerio. 

 

Neira interpeló al funcionario en relación al crecimiento de la fuerza que se encuentra muy lejos de las expectativas de la gestión. En ese sentido, la diputada expresó que "lejos de los 17.000 efectivos que proyectaba el Ministro Montenegro, hoy la fuerza cuenta con 5.000 agentes"y agregó:

 

"Se está proyectando una reducción notable del crecimiento, el año que viene se incorporan solo 600 agentes, cuando el promedio anual rondaba los 1000. Pareciera que Mauricio Macri perdió el entusiasmo en la Metropolitana"

 

Neira manifestó que "tampoco se prevé instalar nuevas cámaras de seguridad ya que, según palabras del propio Ministro, 'Nación tiene previsto hacerlo'; y agregó:

 

"Queda claro que Macri definió que la política de seguridad de la Ciudad depende exclusivamente de la voluntad política del Ministerio de Seguridad de Nación."

 

A su vez, la diputada se refirió a los objetivos generales de esta fuerza que fue pensada como una policía de proximidad. Neira manifestó que "No hay perspectivas de crear ninguna comisaría para el año entrante y la mayoría de los agentes de la Metropolitana no están asignados a tareas de contacto con los vecinos, por el contrario, se encuentran afectados a tareas de Brigada y/o Investigación"

“La relación entre narcotráfico y policía obliga a repensar el concepto de violencia institucional”

10.11.2014

Manuel Tufro es el coordinador del equipo de “Políticas de Seguridad y Violencia Institucional” del CELS. Su visión sobre la creciente violencia en el cordón sur de la Ciudad de Buenos Aires.

Por Santiago Asorey e Ignacio Ramírez Charré

 

En los últimos meses se registró en los barrios del sur de Capital Federal una serie de asesinatos de jóvenes pobres. El incremento de la violencia da cuenta de cuáles son los sectores sociales más castigados y también de las complejas relaciones de connivencia entre la policía y las organizaciones criminales, en especial las ligadas al narcotráfico. Son crímenes ejecutados por las fuerzas de seguridad o por bandas criminales que muchas veces actúan en zonas liberadas.

Se trata de un aspecto silenciado del fenómeno de la “inseguridad”. Para los medios de comunicación, en cambio, esos sectores pobres suelen ser los responsables de la violencia, no sus víctimas. AGENCIA PACO URONDO charló con Manuel Tufro, coordinador del equipo de “Políticas de Seguridad y Violencia Institucional” del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

 

APU ¿Qué lectura hace de la situación de violencia en los barrios del cordón sur de la Capital en los últimos meses? En muchos casos se trata de casos que prácticamente no son difundidos por los medios ni los especialistas.

 

MT: Tenemos algunos indicios de que la situación de violencia en la zona se estaría complicando en el último año. Creo que acá habría que distinguir dos cuestiones que, al mismo tiempo, están unidas en algún punto. Por un lado, las dinámicas de violencia interpersonal o criminal y, por el otro lado, las dinámicas de violencia institucional, que a veces, obviamente, aparecen mezcladas con mercados de ilegalidad.

Digo que hay que separarlo por lo siguiente: cuando en junio del 2011 empieza el ‘Operativo Cinturón Sur’ con el desembarco de Gendarmería y Prefectura, lo que sucede, según la mayor parte de los testimonios que hemos recogido en la zona, es un descenso bastante importante de la violencia explícita u ostensiva. La situación de los tiroteos cotidianos, la imposibilidad de circular por los pasillos, se modifica para mejor. Se desplaza a la Policía Federal del patrullaje en estos barrios, entonces disminuyen también ciertos tipos de abusos de violencia institucional muy ligados a la historia de la Policía Federal en esos barrios. A la historia de comisarías como la 52, que tiene un historial extenso de casos de ejecuciones y abusos.

 

APU: ¿Cómo fue la relación de la Gendarmeria y la Prefectura con los vecinos?

 

M. T.: Tuvieron lugar otra series de problemas, que tienen que ver con la convivencia cotidiana de fuerzas como Gendarmería y Prefectura con los habitantes de estos barrios. Son fuerzas más militarizadas que la Federal y pasan a tener una presencia permanente en estos barrios. Eso no ocurría antes.

Lo que se veía ahí era una forma de violencia que nosotros denominamos de “baja intensidad”. Es decir, que no se manifestaba en casos de gatillos fáciles o ejecuciones. Se manifestaba en casos de abuso cotidiano muy sostenido sobre una parte de la población que eran los jóvenes y los consumidores de drogas. Esa era la situación que nosotros veíamos en el 2011/2012.

En los últimos meses hay una descomposición de este operativo y aparecen de nuevo ciertos vicios de la Policía Federal, como el no patrullaje en el interior de los barrios. Y aparece de nuevo la violencia cotidiana relacionada a una forma de violencia entre bandas ilegales, que vuelve a cobrar una visibilidad que había quedado atenuada. Particularmente, a partir de lo que pasó con el caso de Kevin Molina en Zavaleta. De nuevo queda expuesta la realidad de zonas liberadas, movimientos de bandas que no están siendo controladas por la presencia de Gendarmería y Prefectura. Hay indicios de un crecimiento de la violencia en todo sentido en la Zona Sur de la ciudad de Buenos Aires.

 

APU: Si tuviera que hacer un balance de lo actuado por Gendarmeria y Prefectura: ¿Cuál sería?

 

M. T.: No tenemos una evaluación sistemática como la teníamos en el 2012, cuando habíamos hecho todo un trabajo de campo sobre el tema. Pero los relatos que registramos tienen que ver con esto: cierto repliegue de la Gendarmería, menor presencia, falta de patrullaje hacia el interior de los pasillos. Más bien, una vigilancia perimetral de los barrios. Es esto lo que se percibe. Y esto es lo que deja el terreno para las disputas territoriales, entre distintos mercados de ilegalidad y distintas bandas.

 

APU: ¿Cómo enfrentan las organizaciones sociales y territoriales este fenómeno de violencia creciente?

 

M. T.: Es un fenómeno que se nos está presentando en los últimos tiempos, no solamente en Capital Federal, sino también en el conurbano, en Rosario y en Córdoba. Es un fenómeno de violencia de bandas asociados a mercados ilegales que empieza a afectar la acción de organizaciones sociales y territoriales. Estas bandas casi siempre tienen protección policial y política.

En el caso del CELS, estamos repensando la cuestión de la violencia institucional. Para nosotros, la violencia institucional estaba asociada históricamente al personal uniformado o fuera de servicio; ahora esta violencia aparece de forma más difusa, o tercerizada en bandas que ejercen formas de violencia donde no están directamente implicados agentes del Estado. Pero claramente tienen protección o, al menos, convivencia con el Estado.

 

APU: Más allá de las fuerzas de seguridad, ¿Qué rol desempeña el Estado?

 

M. T.: Hay una dificultad muy grande del Estado para brindar protección en el territorio a las organizaciones sociales, a las víctimas de estas bandas criminales. No hay instancias a la cuales recurrir. Muchas veces, ir a la propia policía es contraproducente por estas relaciones de convivencia que hay con estas bandas. Y por fuera de la Policía es muy difícil pensar en otras instancias.

Es muy difícil el acceso a la justicia en los barrios, a pesar de que hay algunos ejemplos e iniciativas incipientes, pero interesantes. Tanto en la zona sur de la ciudad con Atajo, como en Rosario con algunos Centros de Acceso a la Justicia que se han montado también. Pero son todas cuestiones todavía muy incipientes frente a una sensación de desprotección de las organizaciones sociales que se encuentran frente a un fenómeno para el cual no están preparadas para responder. Su antagonista histórico era el Estado, y en esta situación no aparece como una cara visible.

Esta situación se da en un contexto en el cual aparece la idea del avance del narcotráfico como una amenaza para todo el país: el nuevo enemigo. El narcotráfico aparece construido de forma homogénea pero, en realidad, no se sabe bien qué es. Y en la forma que se tematiza en los grandes medios de comunicación y en la comunicación política, aparece totalmente soslayado el papel de las fuerzas de seguridad en la producción y reproducción de esta red de ilegalidad.

Entonces, por un lado, hay un discurso muy alarmista respecto al avance del narcotráfico y, por el otro, se hace muy poco para afrontar los verdaderos problemas; no solamente en relación al narcotráfico, sino en otros mercados ilegales, como el tráfico de armas en los barrios pobres.

 

APU: ¿Qué debería hacer el Estado para poder intervenir de forma rápida?

 

M. T.: El desafío de intervención sería que el Estado pudiera tener una presencia territorial permanente, bajos las formas de políticas de prevención de consumo de droga. Pero también políticas de protección frente a los embates que sufren organizaciones sociales y vecinos de los barrios por parte de las bandas. Por otro lado, una política criminal diferente a la que se implementa en estos momentos y que apunte a desarmar estas redes; que no se fije tanto en el microtráfico, o en el pequeño transa, que es rápidamente reemplazable, si no que apunte a desarmar las redes. Esto no se logra con la saturación policial, sino con la inteligencia, la investigación compleja. Toda una serie de cuestiones que representa un gran desafío para las fuerzas de seguridad y para la Justicia.

 

APU: Por último, ¿Qué lectura realizan del cambio de la causa de Luciano Arruga a partir del encuentro de su cuerpo?

 

M. T.: La identificación del cuerpo de Luciano abre, en realidad, todo un nuevo terreno de irregularidades y oscuridades en torno al funcionamiento burocrático, que se suman a las que ya conocíamos y que había iluminado la misma causa. Toda la cuestión de las irregularidades policiales se suma a todas las denuncias sobre hostigamiento y reclutamiento que ya se conocían y que son problemáticas que siguen absolutamente vigentes. Se suman, también, las dificultades de la Justicia para investigar. El CELS está impulsando el juicio político a dos fiscales que intervinieron, y al Juez que había intervenido desde la provincia de Buenos Aires en la causa.

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