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“QUEREMOS PROTECCIÓN ANTES DE MORIRNOS”

2.4.2020

Por Leandro Díaz del Campo

Hay un grito unificado de los y las enfermeras del Hospital Ramos Mejía: “este virus vino a evidenciar todas las falencias que tenemos y que venimos trabajando mal hace tiempo”.
Camino tres cuadras hasta la parada del colectivo, veo largas colas en los locales, filas de personas que esperan por comprar provisiones, o un poco de “algo para comer” y los que tienen el mango justo. La distancia de no mirarse a los ojos, de no saber quién es nuestro vecino hoy se hizo cuerpo y ya no nos podemos ni acercar. Los abrazos son cosa del pasado, dos metros nos separan. En este futuro distópico las pantallas de noticieros nos anuncian varias veces al día cual sorteo del loto, un número de recuperados, un número de enfermos, un número de muertos, un número.

Surgieron varios personajes en esta cuarentena, desde las ventanas y los balcones se asoman ciudadanos que señalan, gritan y denuncian al #134 en pos de la comunidad, pero el aplaudidor es mi favorito, ponen el himno y aplauden a las 20:30, aplauden a las 21:00 y ahora también a las 21:30. En su discurso cuentan que aplauden a aquellos que cumplen algún “trabajo esencial” para agradecerle y demostrarle su apoyo, también aplauden a las “fuerzas de seguridad”, no voy a ahondar en la larga lista de “trabajos esenciales”, sino que me voy a detener en los trabajadores de la salud, “la primera línea” contra el Covid-19.
En el colectivo también mantenemos una distancia entre seres, el chófer, a modo de resguardar su salud, se armó una cortina de plástico pegada con dos pedazos de cinta que impide el contacto con los pasajeros, me hace pensar que Mac Gyber estaría orgulloso. Bajo en La Rioja y camino unas cuadras, evitando cruzarme con policías porque no tengo ganas de discutir sobre mi permiso de circulación, al llegar a la puerta del Hospital Ramos Mejía me espera Jorge, un enfermero con 35 años de experiencia en ese mismo hospital, nos saludamos con un choque de codos y me dice que en realidad lo conocen como “Gallo López” porque es hincha de Morón, me invita a entrar al Hospital. Me pongo la máscara y entramos.
Con cálida voz y seguridad en la oratoria me cuenta, “la semana pasada hicimos una asamblea pidiendo que venga la delegación gremial para que se haga cargo, pero solo vino un sector, nuestra idea es abrir el paraguas en el sentido de que tenemos el diario de ayer al ver lo que está ocurriendo en España e Italia donde hay más de 15.000 trabajadores de la salud infectados, esto es porque no se tomaron las medidas de protección necesarias. Cuando vimos que nos daban un camisolín de color amarillo que es de friselina, una tela muy liviana que uno la pone a tras luz y se trasparenta todo, más los barbijos quirúrgicos que no son los correctos, dijimos, “no podemos ir a una guerra con poncho y facón”.
Hace dos semanas vino el ministro de Salud de CABA (Fernán Quirós), e hizo una reunión a puerta cerrada con el Director del hospital y algún jefe de Departamento, no dejó entrar ni a la gremial médica ni a SUTECBA. En dicha reunión informó que el hospital Ramos Mejía iba a quedar como referente en la zona para la atención e internación de pacientes con Covid-19. El Ramos (lo pronuncia con cariño) no califica como hospital para esta clase de atención, porque es apabellonado, la parte edilicia es muy antigua y nunca se remodeló, las camas no tienen la distancia recomendada por la OMS que es de un metro y medio entre sí para evitar los contagios dentro de la sala.
Nos comentaron que van a poner containers en la entrada del hospital para empezar a atender ahí a todos los pacientes que vengan con un caso sospechoso, para luego derivarlos al hospital y hacer el ingreso a las salas, para esto no hay personal, y se suma una orden del Ministerio de Salud que pide a los hospitales tres enfermeros por turno para ir a atender a los pacientes que están cumpliendo la cuarentena en los hoteles de la zona, o sea tras cartón como no hay personal nos quieren sumar esa tarea. Desde ese momento dijimos “sino nos cuidamos nosotros no podemos pretender cuidar a la comunidad”, porque en el caso de que uno se contagie te mandan a tu casa a hacer la cuarentena y con el poco personal que hay esto se agravaría aún más. Pedimos que tomen personal nuevo para poder cumplir y ellos sacaron una solicitada para ingresar enfermeros, pero hay una parte que parece increíble, van a llamar a los jubilados de hace tres años en adelante para cumplir esta tarea y como la mayoría se jubila a los 65 años ya están en el grupo de riesgo, además que junto con su retiro se llevan un pastillero en el bolsillo, nosotros decimos así, porque la mayoría se van con algún tipo de patología, diabetes, coronarias, etc. Dicen que nuevos enfermeros no estarían preparados, pero eso es mentira porque salen muy bien entrenados de la Escuela de Enfermería, sino mandalos a salas de menor problemática donde los pacientes ya están recuperados y a la espera del alta.
En el 2019 hubo una gran baja de enfermeros, algunos fueron jubilados, otros fallecieron y en la actualidad somos entre 400 y 500, que no alcanza, entonces hay horas que se llaman módulo de Enfermería, quizás yo estuve toda la mañana y me quedo a la tarde a cubrir el lugar que hace falta, esta metodología se naturalizó y la mayoría de los trabajadores la aplican sin priorizar sus horas de descanso, esto es un peligro porque se genera una baja en el sistema inmunológico y se pueden producir más contagios, no solo de covid-19, nosotros tenemos casos de KPC, dengue, un montón de meningitis, tuberculosis, no solo se trata del covid-19, el problema es que se viene trabajando mal hace tiempo y este virus vino a evidenciar todas las falencias que tenemos.
No lo decimos de sabios ni de soberbios, lo decimos porque estamos en la trinchera y lo vemos día a día. Primero hay que arreglar desde adentro, consultar con nosotros qué se necesita y organizarse para poder dar una mejor batalla. Acá hay que ver que hubo cuatro años, más, doce años, porque viene de la época de Macri cuando era jefe de Gobierno que se recortó terriblemente el presupuesto, tanto el nuestro (el Ramos) como los demás hospitales públicos están en deplorable situación.
Nosotros estamos continuamente diciéndole a los delegados que traten este tema, de nuestra seguridad porque tenemos un montón de compañeros que están en situación de riesgo y los hacen venir igual, hay sectores que deberían enviarlos a casa porque, que estén circulando en el hospital no solo es un riesgo para ellos sino también en el caso de ser asintomáticos están llevando el virus por todos lados sin saberlo. Se suspendieron los turnos, se suspendieron las cirugías o sea que hay un montón de gente que hacen venir y están sentados las ocho horas en su lugar haciendo nada, porque no tienen nada para hacer.
Al personal de salud debería ser obligatorio hacerle el test, sino lo quieren hacer masivo es porque es mucha guita. Revisando un poco de historia, como se hizo con la bioseguridad en los pacientes con HIV, en un principio no usábamos protección y luego de obtener los resultados del positivo, recién ahí usábamos guantes y demás cuidados, hasta que se acordó de manera universal tratar a cada paciente como un posible portador de HIV y si después los resultados son negativos, perfecto. En el caso del covid-19 hay pacientes que son asintomáticos y hasta que se tiene el resultado estamos exigiendo tratarlos como un posible positivo, atenderlos con escafandra y las protecciones necesarias así de esta manera estamos cubiertos.
Nosotros no decimos que faltan insumos porque realmente hay, lo que decimos y reiteramos es que no están los elementos de protección, exigimos los kit de barbijo N° 95 con camisolín impermeable y antiparras de protección ocular para trabajar en la sala, en el caso de terapia al estar los pacientes entubados y con el respirador, se acumulan secreciones y cada dos horas o según la necesidad hay que aspirar porque no pueden hacerlo solos y en esa aspiración uno tiene que llevar la escafandra porque si no te comés el virus, eso no hay, esos elementos tienen que estar ahí a la mano y deben poder ser descartables. Algunos enfermeros se arman escafandras con placas de rayos, las blanquean y las adaptan para darle ese uso, esto no debería ser así. Los elementos de seguridad no son muy costosos, no estamos pidiendo respiradores que valen $30.000. Es un problema político también porque los tipos (Fernán Quirós y su equipo) vienen del sector privado, del hospital Italiano, ven otra realidad, el privado es número, entonces te dice acá los números me dan negativos y tengo que hacerlos positivos como sea, esos tipos tienen esa mirada y no ven más allá. Un claro ejemplo fue que en el 2019 se abrió la lista de la ley 6035 (de profesionales de la salud) donde están incluidas las diferentes disciplinas que atañen al sistema de salud, en ese caso agregaron a los psicopedagogos, antropólogos y musicoterapeutas que esta bárbaro porque son anexos que ayudan a la atención médica, pero dejaron excluidos otra vez a enfermeros, instrumentadores quirúrgicos y a licenciados de bioimágenes. También eso estamos reclamando, ya que dicen que somos personal esencial, que estamos en las trincheras, bueno, que nos reconozcan como profesionales de la salud y no como administrativos.
Se trabaja así, se vive así, con lo que hay.”
Actualmente en el hospital Ramos Mejía se están tratando a 6 pacientes con covid-19 en un pabellón apartado pero no apto para esta clase de contingencias.
Y los aplaudidores ya se escuchan, me di cuenta que son las 21:00. ¿Entenderán la lucha de trabajadores precarizados? ¿Apoyarán en el futuro los paros y movilizaciones en las calles o los mandarán a “agarrar la pala” a “laburar”? “Al país se lo saca adelante laburando”. No lo sé. No me tilden de Peronista, cierro esta nota porque son 21:03 y quiero ir a gritarles algo desde la terraza.

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