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Sembrar libertad desde la educación: más tizas y menos balas

30.8.2019

Por Melisa Letemendía

El proyecto Reverdecer de la FAUBA, Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, capacita a personas privadas de su libertad en huerta y jardinería agroecológicas para que puedan insertarse laboralmente y sanar vínculos. Educar para la libertad. La experiencia cooperativa como herramienta de trabajo para  quienes estuvieron privadxs de su libertad.  

Un domingo por mes se realiza la ya tradicional Feria del Productor al Consumidor en Agronomía.  Allí llama la atención un puesto que, en medio  de cactus y huertas portátiles, sostiene un cartel que proclama: “Más tizas, menos balas”. Para contarnos de que se trata hablamos con María Marta Bunge, Coordinadora del Taller Reverdecer, que nos dio detalles sobre esta interesante experiencia.

 

Educación popular para la libertad

 

El proyecto comenzó con un grupo de docentes y estudiantes de la Carrera de Jardinería de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) que estaban dando clases de Jardinería en la comunidad de Villa Soldati. María Marta Bunge recuerda que “no encontrábamos bien nuestro lugar en ese momento hasta que un día una persona del INTA nos planteó la necesidad de llevar adelante una huerta en el penal” y agrega que “la idea me gustó y fui a conocer el lugar, una vez que entré a la cárcel, no salí más”. La iniciativa contó con un apoyo inmediato de la Facultad, y así se inicio el trabajo en el 2012. Al año siguiente desde la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de esa Facultad (CaLiSA-FAUBA)  alojaron esta formación.

La tarea se inició como un gran desafío para quienes la llevaban adelante. Las y los talleristas de Reverdecer, con formación académica tuvieron que adaptarse y transformar los contenidos para que pudieran ser comprendidos por las personas que habitan los contextos de encierro de la cárcel, que en su mayoría no habían finalizado ni la escuela secundaria y en más de la mitad de los casos ni la escuela primaria. Al comienzo relata Bunge “empezamos dando una capacitación resumida similar a la que se dictaba en la Universidad, con materias como fisiología y botánica, que si bien era útil a los chicos y chicas no les llegaba”. Así parece que también las y los talleristas comenzaron a transitar un camino de aprendizaje que fue mutuo,  “también nos fuimos dando cuenta que había un montón de cuestiones relacionadas con la vida carcelaria, fuerzas potentes del sistema que van devastando a la persona: podés no salir del pabellón si dijiste una palabra de más, o una de menos”, nos comparte Bunge.

Con ideas forjadas por fuera del contexto de encierro, explica la coordinadora, “comenzamos pensando que la jardinería sería una salida piola para los pibes que estaban adentro, porque requiere poco capital para empezar y es fácil, pero con el tiempo nos dimos cuenta que los pibes ni siquiera entendían, y nosotros no entendíamos a los pibes. Había un abismo cultural”. Bunge explica que se dieron cuenta que “necesitábamos nosotros formarnos en educación popular primero”. Así fue como comenzaron a leer y formarse con los textos de Paulo Freire que aborda la educación desde la participación, el diálogo y la valorización de los saberes que poseen sectores históricamente oprimidos y que a partir de ello  permite crear lazos de comunidad y confianza a través de los cuales el aprendizaje es un proceso de interdependencia. Señala que “nos resultó muy difícil empezar a entender esa trama perversa, que sitúa en la cárcel una mayoría de gente que viene de barrios vulnerados, o  por qué cuando los países empobrecen y aumentan todos los delitos -tanto de pobres como de ricos-, sólo son condenados por ellos las personas pobres”.

 

La mirada agroecológica en un sistema contaminado

¿Qué relación hay entre la agroecología, la soberanía alimentaria y la cárcel?

 

Lo que nos permitió la agroecología fue un abordaje para entendernos como sistema, incluyendo la justicia social y los derechos. Haciendo una analogía, cuando estás haciendo una producción hortícola y encontrás bichos que comen tus plantas, el sistema convencional tira veneno y mata todo: lo bueno y lo malo. No ves la causa de fondo ¿Hay monocultivo? ¿Cómo está el suelo? Acá pasa lo mismo; se trata de personas a las cuales se les vulneraron sus derechos desde la infancia y el sistema los expulsó. Con una mirada agroecológica se intenta ver su contexto, cuáles fueron las condiciones que te llevaron a que actúes así y cómo la persona se fue perdiendo en el camino. Por supuesto que en un contexto de encierro una planta no es nada -hay muchísimas otras cosas que atender-, pero sí es una herramienta que nos permite producir un rescate en esa vida, y aprender de eso. El enfoque como sistema nos permitió también abordar el vínculo personal para interpelar al estudiante, para que aprendiera no solo a hacer su huerta y producir sus alimentos, sino para que encontrara en eso un espacio que resignificara la vida, y la vida propia”.

La alta densidad poblacional en las ciudades disminuye las posibilidades de integración de un gran número de jóvenes, que quedan por fuera del sistema, excluidos y con pocas posibilidades de insertarse y más aún si no hay políticas públicas de contención.

La entrevistada contó respecto a las personas con las que les tocó interactuar que “varios que son hijos, hijas o nietos y nietas de campesinos que migraron a la ciudad buscando un futuro mejor. Pero al llegar, se encontraron con la dificultad de insertarse en el conurbano, donde ya hay mucha gente, más de la que se puede emplear. Hay madres y padres que migraron con el objetivo de mejorar la calidad de vida de su familia, y terminaron con todos sus hijos o hijas presas”.

A partir de este trabajo reflexiona que “la cárcel también es una medida de desigualdad en una sociedad que no da oportunidades y que no ha podido encontrar otra solución que encerrar a los pibes. El encierro no resuelve nada, sólo votos de aquellos que piden más cárcel sin conocerla por adentro. La cárcel es un campo de concentración”.

 

El modelo de exclusión

 

Este escenario de carencias y vulnerabilidad está relacionado con el modelo de producción intensiva imperante,  caracterizado por el monocultivo, el agronegocio y la especulación financiera en la producción de alimentos, con ausencia de  políticas a favor de la Soberanía Alimentaria y del derecho humano a la alimentación.

Una dimensión de este complejo panorama basta con observar las cifras oficiales que indican que Argentina produce calorías que podrían alimentar a 440 millones de personas, sin embargo, estas se destinan en su mayoría a la exportación para engorde de ganado y generación de biodiésel. Según los últimos datos de la UCA, el 35% de las y los niños en el país sufre riesgo alimentario, es decir, no tiene asegurado el acceso a alimentos suficientes. Considerando que actualmente la pobreza infantil alcanza al 51%, se puede asegurar que el Estado además de no poder garantizar la alimentación de niñas, niños y adolescentes tampoco cumple con otros derechos básicos como la educación, la vivienda digna, la salud, que acentúan cada vez más la desigualdad y la deuda histórica con esos niños – pronto jóvenes, pronto adultos-, que son y serán condenados a la exclusión por el mismo sistema que luego los castiga.

 

De taller a cooperativa

 

El proyecto que comenzó con la participación exclusiva de estudiantes universitarios de la FAUBA fue ganando reconocimiento al participar de la Feria de Agronomía, donde comercializan las plantas, cuyas ganancias se depositan en la cuentas de los presos. Pronto la iniciativa se abrió a toda la comunidad y contó con el interés de sociólogos, una arquitecta que donó la construcción de una escuela de oficios en el penal. Además se interesaron personas de todas las disciplinas,   con o sin estudios, lo que enriqueció la mirada, explica la coordinadora.

Uno de los objetivos es “la inserción laboral para evitar la reincidencia; por eso la Facultad siempre emitió los certificados de las capacitaciones sin mencionar que fueron realizadas en contexto de encierro”.

Los obstáculos con los que se encuentran quienes recuperan su libertad llevaron al taller a dar un paso más, porque “para ellos, conseguir trabajo era difícil ya que en muchos lugares les pedían antecedentes penales para entrar. Entonces surgió la idea de la cooperativa, para que pudieran trabajar cuando salieran”, explica Bunge. Desde el comienzo del gobierno de Cambiemos se modificaron los planes y   el proyecto Reverdecer fue expulsado de los penales por no alinearse con las políticas neoliberales de la nueva gestión y por visibilizar el hacinamiento y las torturas que sufren los reclusos.

 

Las políticas penitenciarias nacionales de la actual gestión Cambiemos fortalecieron otro tipo de educación como la relacionada con prácticas de rugby

 

“Estábamos en las Unidades carcelarias N° 47 (Anexos femenino, masculino y Régimen Abierto) y N° 48 de San Martín. Los cursos eran anuales y participaban unos 25 detenidos y/o detenidas por unidad. Ahora estamos sólo en el Instituto de Menores San Martín, de CABA, adonde van 4 personas externas, y en el Centro de Contención Moreno, donde vamos 2 personas. Las y los chicos alojados allí son pocos, y eso dificulta que haya un recambio de estudiantes que puedan participar de la experiencia”.

La Cooperativa que se creó para cumplir con una función social como el trabajo  y  la continuación del vínculo con los ex detenidos aún no se han podido concretar porque “al no estar trabajando dentro de la cárcel es difícil tener personas que se hayan formado con nosotros y vayan saliendo para incorporarse a la cooperativa”, nos cuenta la docente. Sin embargo y a pesar de los obstáculos continúan trabajando; recientemente la FAUBA decidió alojar al proyecto en su Incubadora de Emprendimientos, y le asignó un espacio en el predio de Agronomía por el término de 2 años. Allí están construyendo un invernáculo con ayuda voluntaria y afianzando las bases de la flamante asociación.

“Supongo que hasta que termine esta gestión no vamos a poder volver a las cárceles”, se lamenta María Marta que, junto con quienes asumen el compromiso de llevar adelante este taller, lucha porque prevalezca una mirada social sobre la delincuencia, sabiendo que todos somos semilla. Y entendiendo que podemos brotar de nuevo, si tenemos un ambiente favorable.

Audiencia pública por el Megaestadio Arena

29.8.2019

Los vecinos Autoconvocados de Villa Crespo, barrio porteño, denuncian que en la construcción del Mega estadio ARENA, el informe técnico de impacto ambiental que presentó la empresa no cumple con los requerimientos metodológicos y de presentación mínimos, sea a nivel internacional como nacional. Compartimos el comunicado

 

COMUNICADO

 

Audiencia pública por el Mega estadio ARENA Villa Crespo

El pasado jueves 15 de agosto se realizó la Audiencia pública donde tanto los responsables de la construcción del Mega estadio ARENA, como directivos del Club Atlanta y Vecinos Autoconvocados  expusieron sus argumentos a favor y en contra del mismo. En forma increíble, ningún representante del Gobierno de la Ciudad se hizo presente para explicar por qué autorizó la construcción de este Megaestadio en terrenos públicos. Solo dos legisladores se presentaron para fundamentar su rechazo y apoyar a los vecinos Autoconvocados: Fernando Vilardo, de AyL, y Laura Marrone, del FIT.

En la Audiencia se debatió el estudio de Impacto Ambiental solicitado por el Juez Amirato, quien lo había ordenado al aceptar el recurso de amparo presentado por la Fundación Ciudad.

LOS VECINOS AUTOCONVOCADOS DE VILLA CRESPO DENUNCIAMOS QUEel informe técnico de impacto ambiental que presentó la empresa NO CUMPLE con los requerimientos metodológicos y de presentación mínimos, sea a nivel internacional como nacional.

Presenta por separado el estudio de impacto vial y acústico, pero inexplicablemente no presenta la evaluación de los impactos sobre la seguridad de las personas, bienes, comercio, infraestructura,  provocados por la presencia de multitudes extrañas al entorno, modificando el ritmo y la vida cotidiana del barrio, durante la fase de operación de no menos de treinta años. Presenta lineamientos generales descriptivos, sin cronogramas y sin responsables. Es solo una expresión de deseos.

Dentro de los criterios orientativos del nuevo Plan Urbano Ambiental está el de tender a la transformación de la estructura urbana centralizada en una policéntrica, reforzando las identidades barriales. ¿Qué refuerzo a la identidad barrial le otorga esta construcción que ni siquiera se llama Estadio Atlanta?

La empresa reconoce que en algunos casos serán necesarios más de 1800 estacionamientos. En el Estudio de Impacto dice que cuenta con 300 que están construyendo en terrenos cedidos por el Club Atlanta, y que está en tratativas para comprar 800 plazas en garages de la zona. Además de apropiarse de buena parte de las plazas disponibles para los vecinos, ¿dónde estacionarán los 700 autos restantes?

El estudio de impacto asegura que sólo unas 18 veces al año se harán recitales para 15000 personas, pero entre octubre y diciembre de este año tienen programados doce recitales de esa magnitud.

Sobre el Sistema de detección y supresión de incendios, se lee textualmente: “FALTA LA DESCRIPCIÓN DEL SISTEMA DE INCENDIO”, en mayúscula y en rojo.

No se presenta un Balance de Masas: no existe información sobre cantidades de insumos, materias primas, energía, agua,  para las distintas fases del proyecto, que son las de construcción, operación y abandono.

En cuanto a los Residuos, se presenta una descripción somera de los residuos que podrían generarse. No se presentan cantidades y/o tasas de emisión de residuos sólidos, líquidos y gaseosos. No se presenta la forma, tecnología y/o lugar de disposición, manejo, tratamiento de los residuos. En ningún caso son evaluadas, en detalle, las acciones a realizarse con los residuos durante la fase de Operación, o sea, de funcionamiento.

En el punto de Fichas Técnicas, en Estructuras, Acondicionamiento acústico, Cerramientos y Divisiones, Revestimientos y Terminaciones, Carpinterías, Palcos, Mobiliario, Instalaciones, Sistemas lumínicas, de audio, etc, no presenta especificaciones técnicas detalladas y la información es muy limitada, tan limitada que cuando se refiere al Servicio de vigilancia y control de accesos, dice escueta y textualmente: “El edificio contará con un sistema de vigilancia y control de accesos”.

Por todo lo expuesto, los Vecinos Autoconvocados le preguntamos al Juez Amirato:

¿USTED VA A AVALAR EL DESASTROSO ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL QUE PRESENTÓ LA EMPRESA ARENA?

Agradecemos a los medios de prensa darle la mayor difusión a este tema, teniendo en cuenta que la Empresa está vendiendo entradas para comenzar los eventos el primer fin de semana de Noviembre.

Denunciaron vaciamiento a centro de memoria porteños

28.8.2019

"En sintonía con la Nación, Horacio Rodríguez Larreta está más preocupado por la especulación inmobiliaria y la privatización del espacio público que por llevar desde el Estado la preservación de la memoria histórica sobre los crímenes del genocidio en Argentina y el resto de Latinoamérica".

Las Comisiones y Mesas de Trabajo y Consenso de los Espacios para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos ex Automotores Orletti, ex Club Atlético, ex Olimpo y ex Virrey Cevallos; denunciamos la política de vaciamiento llevada adelante por el gobierno negacionista de Mauricio Macri, representado por su Ministro de Justicia y Derechos Humanos Germán Garavano y el actual Secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj.

El plan de ajuste y represión llevado adelante por el gobierno de Cambiemos tiene su correlato en lo que refiere a políticas públicas de Memoria. Así se volvieron constantes los ataques a la memoria popular, negando el terrorismo de Estado, cuestionando el número de desaparecidxs, impulsando la teoría de los dos demonios y proponiendo el ajuste, vaciamiento y banalización en los Espacios de Memoria. Nula ejecución presupuestaria en materia de preservación de Sitios de Memoria, escasez  de recursos materiales o reducción de la planta de trabajadores es la realidad con la que nos encontramos todos los días. Su consecuencia es el profundo debilitamiento en el desarrollo de las actividades de promoción y defensa de los derechos humanos que día a día suceden en los ex Centros Clandestinos. Actividades que se sostienen fundamentalmente por el férreo compromiso y convicción de las y los trabajadores de los Espacios, que pese a todas las complicaciones garantizan el funcionamiento diario, y por el empuje de sobrevivientes, familiares, organismos de DDHH, organizaciones barriales y políticas que formamos parte de las Mesas y Comisiones.

Esta compleja situación de vaciamiento que atraviesan los Sitios Automotores Orletti, Club Atlético, Olimpo y Virrey Cevallos,  se encuentra agravada por la falta total de políticas públicas de Memoria que tiene el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En sintonía con la Nación, Horacio Rodríguez Larreta está más preocupado por la especulación inmobiliaria y la privatización del espacio público que por llevar desde el Estado la preservación de la memoria histórica sobre los crímenes del genocidio en Argentina y el resto de Latinoamérica. Así desde el gobierno de la ciudad tampoco se promociona el ejercicio de la memoria en las instituciones educativas y cada año encontramos mayor resistencia de las supervisiones a la realización de los actos conmemorativos del 24 de marzo de 1976.

Como organizaciones de la sociedad civil nucleadas en las distintas comisiones y mesas de trabajo y consenso somos parte de una novedosa política pública en donde, en articulación con el Estado, nos hacemos responsables por la preservación de la memoria allí donde los genocidas sembraron el terror y el exterminio.

El Estado debe garantizar nuestra participación en la discusión y conformación del presupuesto 2020 para la Dirección Nacional de Sitios de Memoria. Exigimos que de forma urgente se ejecute la totalidad de los $10.249.049 asignados para la preservación Sitios en el presupuesto 2019 y de esta forma atender urgentemente las necesidades estructurales que día a día se profundizan en los Sitios.

Seguiremos denunciando y resistiendo todo intento de negacionismo del terrorismo de Estado, como así también al vaciamiento y ajuste que pretenden llevarnos los funcionarios de turno.

Seguiremos luchando por memoria, verdad y justicia.

Porque la única lucha que se pierde es la que se abandona.

30 mil compañeros detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre.

*Las Comisiones y Mesas de Trabajo y Consenso de los Espacios para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos ex Automotores Orletti, ex Club Atlético, ex Olimpo y ex Virrey Cevallos

Masiva movilización contra el gatillo fácil en la Ciudad de Buenos Aires

28.8.2019

En el marco de la 5ª Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil, se desarrolló en la Ciudad de Buenos Aires una masiva movilización desde el Congreso Nacional a Plaza de Mayo. La movilización, como sucedió en los años anteriores, contó con la presencia de familiares de gran cantidad de víctimas de la violencia institucional. Este año se sumaron familiares de casos más recientes, como las víctimas de la masacre de San Miguel del Monte o  Jorge Martín Gómez, asesinado por una patada de un oficial de la Policía de la Ciudad en plena calle mientras era rodeado por otros efectivos hace pocos días.

Entre el sonido de la percusión y los instrumentos de viento, acompañando el canto efusivo y sentido de familiares y seres queridos de las víctimas, las movilización concentró a las 15:00 en las inmediaciones del Congreso Nacional. El abrazo y la contención entre madres a quienes la represión institucional les quitó a su hijo o hija, el llanto transformado en euforia, en canto, en el grito hacia las autoridades responsables.

Por solo mencionar algunos de los casos y las personas presentes, Vanesa, Hermana de Luciano Arruga, fue una de las oradoras en el acto. Emilia Vasallo, madre de Pablo Alcorta, fue una de las encargadas de arengar con el megáfono, donde se leían nombres de víctimas para recordarlas con el puño alzado y la respuesta «¡presente!».  Kiki Lezcano, Luciano Arruga, Pablo Alcorta, Omar Cigarán, Nahuel Hormaechea, la “China” Cuellar, Lucía Pérez, Fabián Gorosito, entre tantos otros nombres que se escucharon durante la marcha.

«Ni un pibe menos, ni una piba menos» fue una de las principales consignas. Otra de ellas, muy vinculada fue contra la baja de la edad de punibilidad en diversas pancartas, además de nombres y fotos de víctimas se leyeron otras consignas como «el estado es responsable» o «no a la criminalización de la pobreza». La Ministro de Seguridad Patricia Bullrich fue, probablemente, la persona más repudiada en la movilización, aunque también se cuestionó a Mauricio Macri, la gobernadora Vidal o el secretario de seguridad bonaerense Cristian Ritondo. También se cuestionó al gobierno anterior, ya que muchas de las victimas recordadas fueron asesinadas antes de diciembre del 2015.

Buenos Aires escuchó un solo grito contra el gatillo fácil

28.8.2019

Por Leandro Albani

En Argentina, cada 22 horas la policía asesina a un pibe o una piba que, indefectiblemente, es parte de la clase más humilde. Por eso, desde hace cinco años se realiza la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil. Un recorrido por la movilización que ayer caminó por las calles porteñas hacia Plaza de Mayo para denunciar que las fuerzas de seguridad continúan matando con total impunidad. 

Los fierros que brillan en la Plaza de los Dos Congresos está vez no son los de los policías. Ahora son trompetas, trombones y platillos que un grupo de pibes hace sonar en el centro de la movilización que empieza a caminar hacia Plaza de Mayo para denunciar, otra vez, que las balas de las fuerzas de seguridad siguen matando a los chicos y a las chicas del país.

En un martes soleado y claro, cuando Buenos Aires llega a sus límites de un caos generado por autos, gente casi corriendo por las veredas, y un ritmo citadino que raya la locura, cientos de personas se reúnen para reclamar justicia por sus pibes, pero también para llamar la atención –a quienes quieran oírlo y verlo- sobre la escalada represiva que parece no tener fin desde que asumió la presidencia Mauricio Macri. Aunque los casos de gatillo fácil no son una exclusividad del gobierno de Cambiemos: desde que volvió la democracia al país en 1983, se registraron 6.500 casos, como lo denuncian los organizadores de la marcha.

“No puedo creer que haya tanta gente… ¿Esto cuándo va a parar?”, me dice Silvia Rosito, madre de Fernando Latorre, uno de los siete pibes que murieron el 2 de marzo de 2017 en la comisaría primera de la ciudad de Pergamino, luego de que los policías dejaron que un incendio se lleve sus vidas. Silvia se conmueve porque sabe, aunque por momentos no lo pueda creer, que cada año se suman más familias a la marcha. Esa es la confirmación de que la policía continúa matando con total impunidad.

Cuando la movilización avanza por avenida de Mayo, en pleno centro porteño, las banderas flamean al ritmo de la música y de consignas contra la policía. “¡Yuta asesina!”, explota en las voces de los manifestantes. “Lacras”, es el calificativo que más se repite entre las personas. Seis letras que, en la Argentina de hoy, resumen de forma casi milimétrica a los uniformados y a las uniformadas que gatillan sus armas, aplicando la doctrina de disparar y después preguntar.

Emilia Vassallo, madre de Pablo “Paly” Alcorta -asesinado en 2013 por el policía bonaerense Diego Ariel Tolaba-, me dice que no hay problema con una entrevista, pero que la siga. Y eso no es tarea fácil. Emilia va, viene, organiza, grita “como a los nazis les va a pasar, a dónde vayan los iremos a buscar”, se acerca al camión que lleva el sonido, habla con las demás madres.

“Este es un día muy especial, porque hoy están todas las voces de nuestros pibes, de los que ya no están y de los que están. Por eso es que luchamos y denunciamos a este Estado asesino y represor”, cuenta Emilia. Para ella, como para los cientos de familiares que marchan, “el gatillo fácil es una política de Estado, porque gobierno quién gobierne, a los pibes los matan, los desaparecen y los torturan”.

Emilia dice que si no nos organizamos y salgamos a las calles, el gatillo fácil va a seguir existiendo. “Está bien visibilizar y pedir justicia, pero hay que cambiar de fondo a este sistema para que esto no siga pasando”, afirma.

“Siguen poniendo en la agenda mediática que el gatillo fácil es consecuencia de que los pibes roban y no de que el pueblo está muerto de hambre, tiene necesidades que no son cubiertas por el Estado, que es el que los lleva a eso”.

Durante toda la movilización, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich fue el principal blanco de críticas y repudios. “¡Fuera, fuera, fuera Bullrich, fuera!”, se coreó en todas las cuadras que separan el Congreso de la Nación y Plaza de Mayo. La mamá de Juan Pablo Kukoc, Ivonne, sintetizó lo que muchos y muchas sentían: “A mi hijo lo mató Chocobar, pero el presidente Macri lo felicitó. Por eso: fuera Bullrich. Pase lo que pase, nadie me lo va a devolver. Le quiero decir a Chocobar: no solo mataste a mi hijo sino a toda la familia”.

 

Para Pablo Pimentel, titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de La Matanza, “es lamentable que en un país, que en 1983 empezamos a construir sobre los valores de los derechos humanos, hoy haya miles y miles de familias que reclaman justicia por la violencia que ejerce el Estado”.

Pimentel señala que las “fuerzas de seguridad tienen que tener otros valores, basadas en la prevención y en cuidar a los ciudadanos, pero lo que hacen es reprimir y garantizar las políticas económicas vigentes. En realidad, lo que hay que cambiar es el sistema capitalista, porque mientras exista el capitalismo se tiene que valer de estas fuerzas represivas”.

Al llegar a Plaza de Mayo, varios familiares de las víctimas leyeron el comunicado consensuado para la marcha. Es una radiografía macabra de todos los delitos y crímenes que comenten las fuerzas de seguridad. Desde el gatillo fácil al narcotráfico, de corrupciones varias a sus transas políticas, en el comunicado queda en evidencia a quiénes responden los uniformados: a un Estado capitalista que los necesita como fuerza de choque y difusores de la represión.

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