Comunicadores del Sur

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Reclamo comunidad educativa Escuela de Teatro

4.5.2016

Mié. 4/5 – 14.30 hs CONCENTRACIÓN en la Dirección de Educación Artística, Bernardo de Irigoyen 272

Ademys acompaña la convocatoria de la comunidad educativa de la Escuela de Teatro N°1 a concentrarse en la Dirección de Educación Artística exigiendo se pongan en marcha las obras para el uso del edificio que les fuera asignado en 2011.

​Estudiantes de la Escuela de Teatro de la Ciudad realizan una sentada desde hace una semana reclamando la licitación inmediata del edificio de Oliden y Zelada designado en 2011 para que funcione allí la escuela, pero en donde no se han realizado desde entonces las refacciones necesarias.

Además, apoyados por los docentes, familias y comunidad educativa exigen se realicen las mejoras necesarias de infraestructura en el edificio donde concurren actualmente en Pieres 258 y que no se encuentra en condiciones; la garantía del respeto a la decisión de la comunidad educativa de sostener la tecnicatura en Teatro y el bachiller orientado en comunicación y la creación del Instituto de Formación Terciario en Teatro, dado que es la única escuela artística de la Ciudad que no cuenta con un profesorado.
Ademys se hizo presente en la asamblea de la comunidad educativa realizada en la escuela y apoya todas las demandas formuladas y acompañó a docentes, familias y estudiantes en la presentación que realizaron en la legislatura porteña en la Comisión de Educación.

Convocamos a la docencia a acompañar el reclamo de la escuela de Teatro, expresión de las necesidades de todas las escuelas artísticas de la Ciudad.
Exigimos al Gobierno de la Ciudad se arbitren inmediatamente las medidas necesarias para resolver positivamente estos reclamos.
Invitamos a la concentración que el Bloque de Escuelas Artísticas realizará mañana miércoles 4/5 a las 14.30 hs en el nuevo edificio de la Dirección Artística, Bernardo de Irigoyen 272

Preocupación de la Unión de Músicos Independientes (UMI) por la prohibición de fiestas en la Ciudad de Buenos Aires

30.4.2016

Difundimos comunicado:

Desde la Unión de Músicos Independientes (UMI) queremos manifestar nuestra preocupación ante la medida del juez Roberto Gallardode prohibir "toda actividad comercial de baile con música en vivo o grabada" en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta resolución pretende ser una respuesta racional a la fatídica fiesta de música electrónica realizada en Costa Salguero.

Este tipo de acciones concuerdan con unalógica de estigmatización hacia la actividad musical, que ya hemos sufrido en otros momentos. Como participantes del sector, repudiamos toda persecución al arte y sus expresiones como si lo peligroso fuera la música y no las inseguras, precarias y/o insalubres condiciones en las cuales se desarrolla.

Si bien creemos que el Estado debe velar por la seguridad e integridad física de los ciudadanos, no consideramos que esta disposición sea el modo adecuado para tal fin. Deben existir controles y acciones en general para mejorar el estado de situación actual, pero no cercenar los derechos de los trabajadores de las actividades vinculadas a la cultura, a los espectáculos en vivo y el entretenimiento. Esto atenta, por otro lado, contra el derecho a la expresión y al acceso al arte, pues se impedirá al público la posibilidad de asistir a estos eventos.

En vísperas del Día Internacional de los Trabajadores, cabe preguntarle al Sr. juez Gallardo si también cerraría todas las fábricas de la Ciudad, dejando a los operarios sin su fuente laboral, ante una tragedia ocurrida en alguna de ellas.

Comisión Directiva UMI

La muerte de dos menores en el incendio de un taller clandestino del barrio de Flores

27.4.2016

La muerte de dos menores en el incendio de un taller clandestino del barrio de Flores re-editó hace un año el debate sobre la trata laboral en la Ciudad de Buenos Aires. El aniversario se enmarca en el avance de otra causa similar y el desarrollo progresivo de la organización popular sobre la problemática. 

Por Luciana Sousa

 

Hace un año atrás, bomberos de la Policía Federal rescataban los cuerpos sin vida de dos chicos de 10 y 7 años, Rodrigo Menchaca y Adair Rolando Mur Menchaca, que murieron por asfixia tras el incendio de la casona-taller donde vivían, en la calle Páez 2796, barrio de Flores.

Los rescatistas confirmaron lo que los vecinos venían denunciando: que los accesos de la vivienda -ventanas y portones- estaban tapiados, las habitaciones no tenían ventilaciones por dónde meter las mangueras y hubo un pequeño derrumbe. Se constató además que allí funcionaba uno de los 200 talleres textiles clandestinos que alberga la ciudad más rica de Latinoamérica.

El empresario coreano Lee Sung Yoop, cuyo nombre figuraba en el contrato de alquiler de la casona, está procesado por el delito de trata con fines de explotación laboral. Se probó que la familia Mur-Menchaca producía exclusivamente para este empresario. Todos los trabajadores estaban en negro, no percibían por tanto salario sino remuneraciones que en muchas oportunidades eran retenidas por Lee Sung Yop diciéndoles que se usarían como parte de pago para las máquinas.

La existencia del taller había sido denunciada por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) en septiembre de 2014. Los vecinos advirtieron el movimiento de camiones que cargaban y descargaban telas; el ruido de las máquinas de coser se escuchaba durante el día y la noche. Una ONG había señalado al edificio de Páez al 2700 como uno de los 40 posibles talleres clandestinos de la zona. La gestión de Mauricio Macri en la ciudad no inspeccionó el local ni realizó los controles.

 

Antecedente: el incendio de la calle Viale

 

El trágico aniversario se enmarca en el juicio que actualmente se lleva a cabo por el incendio, diez años atrás, del taller de la calle Luis Viale (Caballito), donde murieron cinco niños y una joven embarazada.

Aquella desgracia se ocasionó a partir de un cable que se recalentó. Luis Fernando Rodríguez, padre de los niños, denunció que los matafuegos estaban vacíos. Según el testimonio de un vecino, agentes de la policía entraban y salían con bolsones de ropa como pago para que las denuncias se archivaran.

Como fuera, ese día los bomberos tardaron en llegar y el entrepiso del taller, donde vivía su familia, se derrumbó.

La causa, caratulada como “incendio seguido de muerte”, incluye desde los últimos días el delito de “reducción a la servidumbre” (actual artículo 145 del Código Penal). Desde el inicio, el juicio adquirió un perfil binacional. Intervino la Cámara de Senadores de Bolivia -por expresa indicación del presidente boliviano Evo Morales-, que pagó el viaje y los viáticos de los sobrevivientes, acompañó a los familias con el traslado de los cuerpos para ser velados del otro lado de la frontera.

El juicio, como antecedente histórico, visibilizó la problemática de los talleres, e identificó a la colectividad boliviana como la víctima principal de un complejo entramado de trata, comunidad que, en condiciones de migración, se vuelve vulnerable a este tipo de destinos: quienes no mueren, nacen y viven toda su vida condenados a condiciones laborales paupérrimas.

 

El sujeto costurero

 

Según estiman ONGs que investigan la situación de los talleres textiles, el 80% de la industria textil metropolitana está sostenida en este tipo de taller. En la Ciudad hay unos 300 mil costureros, y la textil es la segunda industria que más creció a nivel nacional después de 2001. Tanto, que alrededor de ella han surgido experiencias de mucho impacto en el sector, como La Salada.

Por otro lado, mientras desde la CAME son profusas las denuncias legalistas hacia manteros y trabajadores en la vía pública, se mantienen las sospechas de las ONGs en relación a 109 reconocidas marcas que usufructúan esta cadena de valor, sin cuestionarse de dónde vienen las prendas, ni en qué condiciones se fabrican.

Las denuncias, hasta ahora, no han rendido frutos. Juan Vásquez, referente de la rama textil de CTEP en Capital, ha reiterado en numerosas entrevistas que hay una docena de allanamientos diarios en pequeños talleres, familiares, en búsqueda -esencialmente- de coimas. Los talleres más grandes, según Vásquez, llegan a mejores arreglos negociando con el Gobierno de la Ciudad.

“No queremos el cierre de talleres: queremos que los costureros salgan de los talleres. Al victimizarlo y mediatizar su situación, lo único que logran es que los vecinos denuncien "ahí hay un taller clandestino”, y así impulsar los allanamientos y la expulsión”, expone Vásquez.

La posibilidad de realizar su trabajo en condiciones dignas atrae cada vez más a los costureros, y ya existe un sector que busca salir de la servidumbre de la mano de la organización, generando nuevas unidades productivas cooperativas, como el polo textil en Tres de Febrero que, próximamente, inaugurará la CTEP.

“Es un proceso largo que nos propusimos encarar, ya que pensamos que la persecución de los talleres no propone un diálogo que permita desnaturalizar ciertas condiciones” expresa Vásquez, y agrega: “El sujeto costurero es algo a construir, pero no le vamos a decir qué hacer, sino que lo vamos a ir construyendo juntos. Allí se encuentra la diferencia, el trabajo con el otro; el victimizarlo sólo hace que ese otro sea dependiente de uno. Nosotros no queremos eso”. El proyecto que se inaugurará en la provincia de Buenos Aires es la muestra cabal de esto.

Escuela Recuperada “Carlos Fuentealba”

28.4.2016

La Escuela Recuperada Carlos Fuentealba es hoy un edificio abandonado en Manuel García 370, en pleno Parque de los Patricios.

Antes de eso, muuucho antes, fue la escuela 27 del DE 5to, hoy en otro edificio.
Antes de eso, muuuucho antes, fue un club de barrio, una casa, un lugar de encuentro.

En los primeros meses del 2014 un grupo de vecinxs y de docentes, junto a organizaciones sociales y sindicatos, decidimos dar la batalla y recuperar ese edificio: que sea nuevamente una escuela, un espacio para todxs pero, sobre todo, para lxs pibxs de los barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires que no tienen garantizado su derecho a educarse porque no hay vacantes.

Por eso, tomando el espacio, haciendo actividades barriales y pateando la legislatura porteña logramos que salga una ley, hace ya dos largos años, que dictamina que allí, en Manuel García 370, habrá una nueva escuela pública de nivel inicial. Y que si las obras y los trámites burocráticos avanzan a su debido tiempo, en el inicio del ciclo lectivo 2016 iban a empezar 200 pibes y pibas su vida escolar.

Al gobierno del PRO, que hace gala de su capacidad de administración y de gestión, le ofrecimos una cooperativa de trabajo para que se haga cargo de las obras; le exigimos hacer una comisión de seguimiento, para garantizar los plazos y los tiempos; le rogamos que empiecen en ese momento los trámites burocráticos así adelantábamos trabajo y calculábamos si podíamos llegar antes a la apertura. A todo nos dijeron que no, que ellxs ya demostraron la voluntad de que la escuela se abra, que no es necesario más que eso.

A 2 años de una lucha que quiere simplemente que haya una escuela nueva en la Ciudad…
La obra ni llegó a la mitad. 
La licitación, vacante. 
Los pibes y las pibas, sin vacantes.
La Escuela Fuentealba, abandonada.

¿Qué más hay que saber para entender las prioridades y las voluntades de un gobierno?

Convocamos a todxs a sumarse a la campaña, YO QUIERO QUE ABRA LA ESCUELA FUENTEALBA. 
Por el reinicio de las obras y la apertura de la escuela.

Contemos la historia en el laburo, en el lugar de estudio, en la familia, en el barrio, en el grupo de amigos, en donde sea.
¡Y a seguir mandando fotos!

Cuando el negocio es ley

27.4.2016

Por Nicolás Schain

 

Desalojan a otras 8 familias de una casa de alquiler en el Barrio de Monserrat.

 

El barrio de Monserrat de la Ciudad de Buenos Aires ha sido, en los últimos años, escenario constante de desalojos de hoteles y casas de alquiler. El negocio inmobiliario y la gentrificación avanza en la Ciudad Pro y el desalojo se vuelve ley en el territorio urbano, dejando en la calle a cientos de familias enteras.

El lunes 25 de abril se produjo uno más. En esta ocasión, en una casa sobre la calle Chile, que dejó sin vivienda a 8 familias. Desde temprano en la mañana, comenzó la amedrentada policial que se ha vuelto también una fija en los barrios porteños. La zona estaba vallada por lo que no se permitía el acceso de nadie, exceptuando la fuerza policial.

En la calle Chile vivían 8 familias todas con hijos, y según relata una de las vecinas tenían entre 3 y 5 hijos cada familia. Marcha se acercó al lugar y para hablar con las familias. Una de las entrevistadas cuenta que tiene un hijo discapacitado. La mayoría de los inquilinos vivían ahí desde hace más de 8 años y pagaban, todos los meses, $1500 de alquiler a quien decía ser el dueño.

Los testimonios de las vecinas desalojadas cuentan que nunca les llegó ninguna carta notificando el desalojo. La noche anterior la familia vio como vallaban la zona, “nunca me imaginé que nos iban a desalojar a nosotros”, cuenta una adolescente de 16 años habitante de la casa.

Entre llanto, una de las vecinas expresa su impotencia: “Me duele mucho como nos han tratado, como a los perros nos trataron, estoy muy dolorida, nos han sacado como delincuentes. Ocho familias vivimos y no tenemos a dónde ir. Todos los meses hemos pagado”. Así daban cuenta las familias de la ausencia del Estado en garantizar el derecho a la vivienda digna.

A la mañana del lunes las fuerzas represivas sacaron la puerta y entraron. Les dijeron que se tenían que ir. Cuenta una de las vecinas que entraron a los empujones, “nos veían sufrir, les decíamos, que se den cuenta que teníamos chicos, y se nos reían en la cara”.

Estuvieron así hasta la noche con el desalojo, la policía abusando de su autoridad y las familias resistiendo. Recién entonces, abrieron las vallas y pude acercarme a hablar con las familias que quedaban. Una de ellas tenía sus pertenencias, muebles, en la vereda de la calle. La policía decía que era ilegal que tuviera sus cosas en la vereda y que se las tenía que llevar.

Finalmente la familia pudo llevar sus pertenencias hacia la vivienda de una amiga, que le ofrece ayuda porque conoce la situación, ella ya vivió una situación similar y sabe, como tantos otros, por lo que está pasando esta familia. Así, se cuentan de a centenas las familias que sufren los abusos del gobierno de la Ciudad. Que -lamentablemente- no es novedad y, tantas veces, tampoco es noticia

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